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sábado, 15 de septiembre de 2012

"Stop" a la soberbia.



En estas dos últimas semanas, después del juego contra River Plate, Peñarol le ha puesto un freno a la prepotencia y soberbia de los árbitros de este pais.

En un pais que vive en democracia y donde cualquier figura pública esté expuesta a las crìticas, los árbitros pretenden erigirse en una elite intocable e inmaculada a la que nadie puede criticar, so pena de recibir represalias.

Estos Señores que en muchas ocasiones pretenden ser los protagonistas del espectáculo a costa de los verdaderos actores, tambièn se ofenden si se les dice públicamente lo que todos vemos: que su nivel es lamentable, que adolecen de una falta de criterio asombrosa y que parece que existiera un reglamento para cada uno de ellos y que aplican con una discrecionalidad e impunidad absolutas.

Los árbitros de este pais deben entender que son accesorios, una parte complementaria del espectáculo y no los protagonistas.

En esta ocasión es destacable la actuación de la directiva aurinegra, a la que hemos criticado tantas veces desde estas páginas por mantenerse sólida y monolítica respaldando las palabras del vicepresidente, que no dijo más que lo que todos pensamos: que Prudente (como tantos otros árbitros) no tiene capacidad para dirigir ni un partido de truco.

Y aca se habla de capacidad, de condiciones para cumplir una función, de idoneidad para desempeñar un cargo, no se hablo de honestidad ni de condiciones personales, se hablo pura y exclusivamente de capacidad.

Un arbitro que hace el "avioncito" en una cancha o le dice a un técnico "stop, stop", evidentemente no está mentalmente capacitado para dirigir un encuentro de fútbol. Quien creia que era? Amelia Earhart o un sheriff del oeste?.

Esto fué reconocido por el propio colegio de árbitros al bajar de categoría a este árbitro, que si bien era una resolución que ya tenían tomada, fué apresurada ante la presión de Peñarol.

Si los árbitros de este pais son tan soberbios que no pueden soportar que se los critique públicamente y si por eso deciden no arbitrar más, que se vayan para la casa y se dediquen a otra cosa.Representará una excelente oportunidad para renovar un plantel arbitral de nivel paupérrimo. Aficionados, jugadores e instituciones, agradecidos.

En su prepotencia pretendían que el vicepresidente se retractara de sus dichos, dando la señal pública de que de los árbitros no se puede hablar, como si nos colocaran a todos una mordaza para no opinar sobre sus desatinos de cada fin de semana.La directiva se mantuvo firme hasta el punto de no solo no rectificarse sino ratificando lo que se había dicho, dando la señal pública de que a Peñarol no lo calla nadie.

Es saludable cuando los directivos hacen la tarea para la cual los socios los colocaron en esos cargos: defender a la institución, en este caso de la soberbia y deseo de protagonismos de los árbitros.En muchas los hemos criticado y lo seguiremos haciendo, pero en esta le pusieron el freno a una soberbia arbitral que nos tiene cansados a todos.

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