Buscar este blog

viernes, 9 de agosto de 2019

Un fallo vergonzoso


Peñarol enfrenta esta noche a Larreborges, después de conocerse el vergonzoso fallo del tribunal de la Federación Uruguaya de Basketball (FUBB) que condenó a Peñarol con la pérdida de un punto y el cierre de cancha por 3 fechas. Esto es producto de una denuncia del club Larreborges por un supuesto salivazo de la hinchada carbonera en el partido anterior disputado por ambas instituciones.

Conocida la denuncia Peñarol, sin esperar el fallo, comenzó acciones para identificar a los posibles responsables e impedirles volver a ingresar a una cancha, como debe ser, porque este tipo de gente, no debe tener cabida en un escenario deportivo.

Ahora bien, el tribunal reconoce en el fallo que no hay testigos de la situación que pudieran verificarla, Tampoco surge de filmaciones u otro medio de documentación. Quien declaró como testigo, la Sra Jueza Alejandra Godoy, NO PUDO AFIRMAR FEHACIENTEMENTE QUE HAYA EXISTIDO UN SALIVAZO QUE AFECTARA AL DEPORTISTA EN CUESTIÓN. No lo decimos nosotros, lo dice el propio fallo del tribunal de la FUBB a texto expreso.

Sin pruebas testimoniales ni gráficas (videos, fotos, etc) se transforma en la vieja “palabra contra palabra”. Ningún tribunal que se precie de un mínimo de respeto por la justicia puede condenar sin pruebas ni otorgar a la palabra de un actor mayor relevancia que a la de otro. Pero este tribunal sanciona a Peñarol porque según sus integrantes, tomó acciones tendientes a prohibir la entrada de las personas que podrían estar implicadas. De qué principio jurídico sale esta absurda justificación? Que Peñarol haya tomado medidas preventivas con independencia de la denuncia es una muestra clara del interés de la institución por evitar cualquier tipo de acto reñido con el comportamiento que debe observarse en una justa deportiva. En lugar de ser reconocido ese esfuerzo, se lo castiga basándose en ese débil argumento para presumir un reconocimiento tácito de responsabilidad que Peñarol jamás expresó.

Por donde se lo mire, este fallo es una vergüenza. Es una vergüenza desde el punto de vista jurídico, es una vergüenza desde el punto de vista ético y es una vergüenza desde el punto de vista moral. Está completamente reñido con la noción de justicia que todo tribunal debe procurar obtener en su acción, sea en el ámbito que sea. Este tribunal midió con distinta vara y sin pruebas le dio más valor a una palabra que a la otra. Una verdadera burla al espíritu caballeresco que debe reinar en el deporte.

Cabe consignar también que Peñarol pidió expresamente que el partido se jugara sin público visitante, como se hace habitualmente cuando se disputan partidos en lugares inadecuados para que se ubiquen dos parcialidades juntas. Esta es una práctica habitual y ya hemos disputado muchos encuentros de visitante en estas condiciones. Esta es otra medida que expresa claramente la intención previa del club de evitar cualquier tipo de incidente. No tiene la culpa Peñarol que Larreborges o la FUBB (quien haya sido no interesa) no haya aceptado tan elemental medida de precaución. Tampoco tiene culpa Peñarol de que el gimnasio de Larreborges no presente las condiciones mínimas necesarias para recibir a una parcialidad tan numerosa y activa como lo es la aurinegra.

Este tribunal, sin pruebas, sin testimonios, sin bases sólidas y basándose únicamente en una presunción, sanciona a Peñarol con la pérdida de un punto (léase de la ventaja de la fase regular) y tres fechas de cierre de cancha (precisamente los partidos que debía disputar de local en esta fase final). No resulta sospechoso? Que justo se le quita la ventaja que tenía y exactamente los partidos que tenía de local. Así como el tribunal presumió alegremente y sin bases que Peñarol era culpable, cualquier persona puede presumir que este fallo es cuando menos, sospechoso. Honesto no solo hay que serlo sino también parecerlo dice el dicho popular.

Peñarol institución hizo todo lo posible por evitar cualquier incidente antes, durante y después del juego, en una clara muestra de voluntad manifiesta de evitar cualquier acto de violencia. Paradójicamente, el tribunal emite un fallo que no contribuye en nada a ese objetivo Porque cualquier parcial aurinegro puede sentirse legítimamente agraviado por un acto del tribunal que parece digitado previamente y que lesiona claramente los intereses de la institución que ha hecho tanto esfuerzo por volver a este deporte y por controlar cualquier acto indeseable dentro de una cancha.

El momento de emitirlo también es completamente inconveniente, justamente un par de días antes de que las dos instituciones vuelvan a enfrentarse en el mismo escenario pero esta vez luchando por el ascenso directo. Por lo menos deberían haber tenido un cuidado mínimo para no propiciar más oportunidades para conflictos.

Párrafo aparte merece la actitud del club Larreborges que nos ganó legítimamente en la cancha ese día y que hace una denuncia sin pruebas buscando precisamente lo que consiguió, que Peñarol perdiera la ventaja que en buena ley había ganado jugando al básquet. Más allá de algún comunicado que emitió esta institución para deslindar responsabilidades,  seguramente son conscientes de haber cometido un acto reñido con la ética deportiva buscando la pingue ganancia de una ventaja que no se ganó dentro de la cancha.

Esta noche se enfrentan en la cancha, donde hay que ganar los partidos y esperamos que el equipo aurinegro nos dé otra muestra de básquet de calidad, de espíritu deportivo, de reacción sana ante la adversidad y la injusticia y le gane a Larreborges donde tiene que hacerlo: dentro de un campo de juego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario