Peñarol
se jugaba el final de la temporada sabiendo que de ganar, se consagraría como
campeón uruguayo por 51ª vez desde aquella primera en 1900. Un final que quizás
pocos podíamos esperar luego del complicado arranque del Apertura donde Peñarol
quedó muy lejos de sus rivales. Podíamos esperar si, que Peñarol ganara el
clausura y llegara a esta final en desventaja, pero nadie podía imaginar que
llegaría con la posibilidad de ser campeón ganando un único encuentro.
Un
partido que era arbitrado por Fedorczuk de pésimo recuerdo en el último
enfrentamiento ante el violeta en el CDS cuando cobró un penal inexistente a
favor de Defensor y después echó a Lamas para compensar. Esta es una de las
cosas que queremos que cambie con la nueva directiva mirasol. No es posible
permitir que nos sigan colocando para todos los encuentros trascendentes, árbitros
que han demostrado que no tienen las condiciones para dirigir este tipo de
partidos. Dejemos algo bien claro, Fedorczuk no nos parece deshonesto,
simplemente es pésimo como árbitro. Carece de las condiciones elementales para
ejercer justicia dentro de un campo de juego.
En la
formación inicial, Ramos decidió jugarse colocando a Varela que no jugaba desde
el encuentro ante River en lugar de Corujo. Se arriesgó también colocando a
Dawson en el arco a pesar del esguince que sufriera en el codo el otro día y al
lolo Estoyanoff que había salido sentido por causa de una lumbalgia.
Enfrente
un Defensor (que hoy sí jugó de violeta y no de blanco para parecerse a otra
institución) que intentaría hacer el mismo planteo de mitad de semana, cortando
los circuitos de futbol de Peñarol y copando el medio campo en búsqueda de la
rapidez y habilidad de sus delanteros. Pensamos que quizás Ramos podía buscar más
marca en el medio, tomando en cuenta que cuando hizo esa variante en el
encuentro anterior, Peñarol dejó de sufrir los embates del rival y pasó a
comandar el juego. El cebolla Rodríguez levantó enormemente jugando por
izquierda, pero Ramos optó por el mismo esquema que vino usando en las últimas ¾
partes de clausura.
Un
recibimiento impresionante de la hinchada mirasol que llenó el estadio y no fue
en más número porque una vez más Defensor, en otra de esas actitudes mezquinas
a las que nos tiene acostumbrado, prefirió dejar una tribuna completamente
vacía antes que habilitar más entradas para los hinchas carboneros. El equipo
entró a la cancha con el estruendo de la parcialidad, globos, banderas y todo
el colorido en amarillo y negro.
El
primer tiempo fue exactamente igual al del partido del miércoles. Porque otra
vez Defensor impuso su ritmo, cortó el futbol mirasol, no permitió el juego rápido,
prolijo y por las bandas que acostumbra el equipo aurinegro. La diferencia estuvo
en que no llegó tanto como el otro día y Dawson fue prácticamente un espectador.
La
única del violeta fue a los24´ y producto de un error de Fedorczuk. Watermann
toma de la camiseta a Arias y lo arroja al suelo y el inepto árbitro coba falta
de Arias. Lo remata Castro, fuerte y contiene bien Dawson bajo contra su palo
derecho.
A los
36´ otro horror de Fedorczuk. Un tiro libre desde la izquierda de Lucas Hernández
que manda el centro al área y Suarez lo abraza al cachila Arias para derribarlo
sin que el árbitro sancione el penal. Eso es para que después se queje Eduardo
Acevedo en todos los medios o salga el coto Correa a llorar por ahí, o el
presidente Jablonka o hasta el hermano del técnico de bochornoso final el otro
día. Peñarol es siempre perjudicado en estos encuentros y luego tiene que
soportar que los demás se quejen.
Peñarol
tuvo una muy clara a los 40´ con una jugada por derecha que termina con un
centro de Estoyanoff y el notable cabezazo de Maxi Rodríguez que hace que vuele
el arquero Gastón Rodríguez contra su vertical izquierdo para mandar la pelota
al córner en una fantástica atajada.
El
primer tiempo se fue 0 a 0 y nuevamente terminamos preocupados por un Peñarol
que no le encontró nunca la vuelta al sistema que propuso Defensor. Al menos no
sufrió tanto como el otro día en su propio arco.
El
segundo tiempo fue exactamente igual. Peñarol no encontró nunca la fórmula para
zafar del laberinto que le planteó Defensor en el medio campo. Así las cosas, las
primeras de peligro fueron para el violeta.
A los
7´ un remate desde afuera del área de Piquerez que pasa apenas arriba del
ángulo superior derecho de Dawson.
Sobre
los 15´ un tiro libre desde la izquierda de Castro que remata fuerte y la
pelota roza el horizontal antes de perderse afuera cuando hacía vista el
arquero.
Responde
el aurinegro un minuto después con una pelota larga para el pique por izquierda
de Palacios que había ingresado y cuando se mete en el área se juega la ropa el
arquero Rodríguez para tapar el tiro.
Sobre
los 23´ una pelota que pierde Gargano en salida y el rebote le queda a Piquerez
que saca el remate desde afuera del área que se pierde apenas ancho contra la
base del palo derecho.
A los
34´ un centro desde la derecha, despeja la zaga mirasol y le queda a Piquerez
que saca el remate de sobre pique desde afuera que contiene bien Dawson en dos
tiempos.
Otra
más para Defensor a los 39´ con un remate de Cardaccio desde fuera del área que
vuelve a contener bien Dawson.
Así el
partido se fue al alargue porque Peñarol no supo cómo encontrar el antídoto y
Ramos, que en el partido anterior puso a Guzmán Pereira, paso al cebolla
Rodríguez a la izquierda y gano el partido, hoy no repitió la fórmula. Decidió
poner a Gastón Rodríguez, que como de costumbre, no aportó nada.
Y en el
alargue las dos fueron para el aurinegro, una de ellas clarísima.
La primera
sobre el primer minuto de segundo chico de 15. Una pelota que cruza bien Gastón
Rodríguez para la entrada de Rossi por derecha. Ingresa al área, enfrenta al
arquero y Rodríguez se vuelve a jugar la ropa para evitar el tanto.
La otra
fue sobre los 22´ con un córner de Hernández desde la derecha que lo tira
cerrado y Cardaccio la despeja sobre la línea cuando entraba sobre el vertical
izquierdo.
Y la definición
se encaminó a los penales y ahí Peñarol fue perfecto. Convirtió los cuatro
penales que pateó. No fallaron el cebolla Rodríguez, Gargano, Viatri y el
cachila Arias. Defensor erró dos y Peñarol terminó festejando.
No fue
de la forma que queríamos. Hubiéramos preferido ganarlo en la cancha, convertir
más goles que el rival, pero eso no quita méritos a la conquista. Peñarol se
consagró campeón uruguayo por 51ª vez y es justo. Porque el equipo arrolló en
el clausura y descontó una enormidad de puntos en la anual.
Es
verdad que en ambos partidos Defensor fue superior, no hay que tener vergüenza en
reconocerlo y el mérito es que aun así Peñarol se consagró. Mantuvo su valla
invicta durante los 180´, conquistó un tanto en los descuentos el miércoles y
hoy fue implacable desde los once pasos.
PEÑAROL
ES EL CAMPEON URUGUAYO 2017, suma la estrella número 51 de su historia y en
este momento sentimos una enorme alegría. Luego será tiempo de análisis y
planeamiento de lo que se viene, pero hoy tenemos derecho a festejar. Nuestro
primer pensamiento es para mis viejos que ya no están pero que supieron dejar
en mí la pasión por el carbonero.
Una vez
más, como tantas veces desde 1891 los hinchas podemos lanzar ese grito sagrado
de palabras gemelas:
PEÑAROL
CAMPEÓN!
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