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miércoles, 22 de noviembre de 2017

Mal momento para frenarse



Hoy otra vez no podremos hacer el comentario del encuentro tal como estamos acostumbrados. Porque gracias a los inteligentes que manejan este futbol, los hinchas que trabajamos no pudimos ver hoy el partido, pero como nadie se queja y estas palabras de descontento no son más que una gota de agua en el océano, todo seguirá igual.

Peñarol iba al Saroldi con la misión de ganar y coronarse campeón del clausura. Pero este Peñarol llegaba diezmado. Porque le faltaba Formiliano en la zaga que ha sido un pilar fundamental para la solidez defensiva que ha conseguido el equipo. Pero se agiganta esta ausencia cuando se considera quien es el sustituto. Porque Quintana es un jugador que cada vez que ingresa, comete algún error que nos cuesta carísimo. Pasó en los dos partidos contra Palmeiras por la Libertadores y volvió a pasar contra Defensor. Lamentablemente, hoy volvió a agregar otra perla a ese rosario de errores. Faltaba también Gargano que es el motor de este equipo, el jugador más inteligente y no tiene reemplazo. Faltaba además Palacios que ha sido fundamental cuando no como titular, viniendo desde el banco, con goles decisivos que hoy nos faltaron.

Es verdad que volvía Maximiliano Rodríguez pero luego de 15 días sin jugar y por lo que oímos por la radio (que nunca nos falte con estos dirigentes que hacen las cosas de espaldas a la gente) notó esa falta de futbol.

Por lo que pudimos escuchar, Peñarol arrancó para llevarse el partido y ya al minuto hay un remate del cebolla Rodríguez que saca el arquero Pérez.

Sobre los 10´ un toque atrás de Rossi para el remate de Maximiliano Rodríguez que pega en el palo.

Tres minutos después un centro de Estoyanoff desde la izquierda y el cabezazo de Viatri que se pierde arriba del horizontal.

Una clara sobre los 24´con un centro y cabezazo de Arias que hace que vuele el arquero Pérez para despejar abajo contra la base del palo izquierdo.

Sobre los 27´ otro cabezazo de Viatri que contiene el arquero Pérez.

Eran todos ataques de Peñarol contra un River que no había pateado al arco.

Pero en el minuto 42 se duerme Quintana, siempre Quintana, se la lleva el ex aurinegro Diego Rodríguez y toca al medio para que entre solo Vega y sin arquero no tenga más que tocarla para meterla en el arco y poner la ventaja darsenera.

Así se fue el primer tiempo y el segundo empezó de la misma manera. Porque a los 4´ Estoyanoff mete el pase para Viatri que ingresa y saca el remate que vuelve a contener el arquero Pérez.

A los 11´ un tiro libre de Estoyanoff en la puerta del área que vuelve a contener el arquero Pérez.

River seguía sin patear al arco, pero a los 18´otra vez Vega pelea la pelota con Quintana, que no alcanza a cerrar, la mete adentro y Boné anticipa a Varela para batir a Dawson con corto remate. Habiendo rematado dos veces al arco, River ganaba 2 a 0.

Peñarol sintió el golpe y Ramos metió el manotazo de ahogado acumulando delanteros (incluido el debut del juvenil Darwin Núñez) sin éxito.

Sobre los 37´ una pelota metida en el área de River pega en el brazo de un zaguero y Ferreyra, que es un pésimo árbitro, marca un penal inexistente porque el brazo del defensor estaba claramente sobre su cuerpo.

Lo remata el cebolla Rodríguez, fuerte sobre el palo derecho y la pelota le pasa por debajo del cuerpo al arquero Pérez que se tiró bien.

Y pudo haber empatado Peñarol porque a los 40´ un toque de Corujo a la izquierda para Lucas Hernández que la mete al área y remata Núñez a quemarropa y el arquero consigue despejar con el cuerpo cuando parecía que estaba el empate mirasol.

Todavía pasada la hora existió otra chance cuando una pelota rechazada por la defensa le queda al cebolla Rodríguez de frente al arco y saca el zapatazo que otra vez despeja Pérez al córner volando y sacando con una mano por encima del horizontal.

Cayó Peñarol, que fue más que su rival y que el arquero Pérez haya sido la figura lo demuestra, pero que sintió enormemente las bajas de Formiliano, Gargano y Palacios y fue perjudicado una vez más por los errores de Quintana.

Peñarol será campeón del clausura porque solo tiene que ganar uno de los dos encuentros que le quedan para consagrarse, pero hoy termino de resignar la chance de la anual. Es verdad que al comienzo del clausura esa chance parecía inexistente, pero el propio aurinegro se generó esa posibilidad con la campaña perfecta que venía haciendo hasta hoy.

Ahora habrá que enfrentar a Cerro el sábado, otra vez de visita, esta vez en el Tróccoli, buscando la victoria que cierre el clausura y nos dé el pasaje a las finales que seguramente, habremos de jugar en desventaja por no ganar la anual.

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