Para el
clásico de la copa denominada pomposamente “de los campeones uruguayos”, Ramos
realizaba varios cambios en el equipo. Colocando a Corujo en el lateral por la lesión
de Petryk, con la vuelta de Gargano y el cebolla en el medio campo y la entrada
de Rossi por Cavallini.
Y
Peñarol tuvo la primera antes de los 2´ con una subida de Lucas Hernandez por
izquierda, el centro al área y el toque de Rossi dentro del área que obliga a
una impresionante atajada de Conde abajo, con una mano para mandar al córner
contra el palo izquierdo.
Pero
fue todo para el aurinegro porque el tricolor se adueñó del medio campo y por consiguiente
del trámite del juego y comenzó a crear chances.
La
primera los 19´ con un remate de Aguirre desde afuera que rechaza bien Dawson
para mandar el córner contra el palo izquierdo.
Otra a
los 23´ con un tiro libre frontal de Sebastián Rodríguez metido en forma de
centro y gana Polenta que mete el cabezazo cruzado que se pierde apenas arriba
del ángulo izquierdo.
El gol
llega a los 27´ con una jugada de Sebastián Rodríguez por el medio, devolución de
espalda de Aguirre y Rodríguez que saca un zapatazo impresionante que se clava
en el ángulo derecho haciendo estéril el vuelo de Dawson que no podía llegar
nunca.
Y era justo, porque jugaba mejor Nacional y Peñarol no mostraba contención
en el medio, ni elaboración de juego y no creaba peligro.
Pero
responde de inmediato el aurinegro dos minutos después con un pase profundo
para Rossi que ingresa al área con pelota dominada y Rogel lo toma de la camiseta
para derribarlo. Penal para Peñarol que el árbitro Ostojich no sanciona. Una
vez más Peñarol es perjudicado por el arbitraje que cuando se trata de
beneficiar a Nacional no descansa ni en los amistosos. Y no sería lo único.
Hubo
poco más después de eso. Porque Peñarol tuvo más la pelota, ayudado por un
equipo rival que se metió más en su campo cuidando la ventaja, pero no creo
casi nada el aurinegro. Apenas si un remate desde afuera de Maximiliano
Rodríguez que le sale muy suave y al medio y contiene Conde sin problemas.
Fue un
primer tiempo preocupante del aurinegro, superado en el medio, sin generación
de fútbol, sin crear chances de convertir y retirándose en desventaja, una vez más
perjudicado por el arbitraje. Pero la
labor del árbitro aún no había terminado, quedaba la segunda parte.
El
segundo tiempo fue con la misma tónica, un Peñarol sin ideas, sin sorpresa, sin
futbol, sin abrir la cancha, sin delanteros capaces, lo único que le quedó fue
la enjundia de empujar y asi y todo debió empatar, pero no pudo hacerlo entre
sus propios errores y los fallos arbitrales.
Ncional solo tuvo que cuidar la ventaja, agruparse bien y contar con la garantizada ventaja del fallo arbitral.
La más
clara para el aurinegro fue a los 12´ con un toque de Maxi Rodríguez para que
se fuera Hernández por derecha y metiera el centro que cabecea Cavallini apenas
ancho contra la base del palo izquierdo. Prácticamente la única vez que Peñarol
desbordó con criterio.
A los
18´ se va expulsado Rogel por segunda amarilla cuando corta una carrera del
cebolla que iba expreso hacia el área de Conde. Un jugador que debió irse
expulsado antes porque la jugada de primer penal no sancionado, era amarilla.
Pero
10´ minutos después Ostojich completa su labor cuando no sanciona un claro
penal por una mano evidente de Polenta en el
área desviando un remate del cebolla Rodríguez. Una vez más en un
encuentro clásico Peñarol es lisa y llanamente despojado por los “errores”
arbitrales. No descansan ni en los amistosos. Hay carta blanca cuando se trata
de perjudicar a Peñarol. Hasta cuando es posible tolerar esta situación de
permanente despojo?.
De ahí en
más Peñarol no generó nada y es evidente que vuelve a caer por sus propios
errores, por la falta evidente de futbol, porque es un equipo sin patrón de
juego, sin elaboración, sin sorpresa, sin peso ofensivo, que no sabe jugar
cuando queda en ventaja numérica y con un técnico que no atina a otra cosa que
acumular delanteros que no cambian el ritmo de juego. Ahora se supone que la solución
es Viatri, pero estamos cansados de ver lo mismo. El equipo jugó tres partidos
completos y fue incapaz de convertir siquiera un tanto.
Si a
todos estos errores propios le sumamos los “errores” arbitrales resulta casi
imposible aspirar a un resultado diferente. Ahora el miércoles se juega a las 5 de la
tarde por lo que no podremos ver el partido porque este futbol absurdo se
olvida que en este país la gran mayoría de la gente trabaja y le colocan un
partido a las 5 de la tarde de un miércoles.
En fin una ecuación que no puede tener otro resultado que no sea más de lo mismo.
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