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lunes, 14 de agosto de 2017

Errores propios + horrores arbitrales = más de lo mismo



Para el clásico de la copa denominada pomposamente “de los campeones uruguayos”, Ramos realizaba varios cambios en el equipo. Colocando a Corujo en el lateral por la lesión de Petryk, con la vuelta de Gargano y el cebolla en el medio campo y la entrada de Rossi por Cavallini.

Y Peñarol tuvo la primera antes de los 2´ con una subida de Lucas Hernandez por izquierda, el centro al área y el toque de Rossi dentro del área que obliga a una impresionante atajada de Conde abajo, con una mano para mandar al córner contra el palo izquierdo.

Pero fue todo para el aurinegro porque el tricolor se adueñó del medio campo y por consiguiente del trámite del juego y comenzó a crear chances.

La primera los 19´ con un remate de Aguirre desde afuera que rechaza bien Dawson para mandar el córner contra el palo izquierdo.

Otra a los 23´ con un tiro libre frontal de Sebastián Rodríguez metido en forma de centro y gana Polenta que mete el cabezazo cruzado que se pierde apenas arriba del ángulo izquierdo.

El gol llega a los 27´ con una jugada de Sebastián Rodríguez por el medio, devolución de espalda de Aguirre y Rodríguez que saca un zapatazo impresionante que se clava en el ángulo derecho haciendo estéril el vuelo de Dawson que no podía llegar nunca. 

Y era justo, porque jugaba mejor Nacional y Peñarol no mostraba contención en el medio, ni elaboración de juego y no creaba peligro.

Pero responde de inmediato el aurinegro dos minutos después con un pase profundo para Rossi que ingresa al área con pelota dominada y Rogel lo toma de la camiseta para derribarlo. Penal para Peñarol que el árbitro Ostojich no sanciona. Una vez más Peñarol es perjudicado por el arbitraje que cuando se trata de beneficiar a Nacional no descansa ni en los amistosos. Y no sería lo único.

Hubo poco más después de eso. Porque Peñarol tuvo más la pelota, ayudado por un equipo rival que se metió más en su campo cuidando la ventaja, pero no creo casi nada el aurinegro. Apenas si un remate desde afuera de Maximiliano Rodríguez que le sale muy suave y al medio y contiene Conde sin problemas.

Fue un primer tiempo preocupante del aurinegro, superado en el medio, sin generación de fútbol, sin crear chances de convertir y retirándose en desventaja, una vez más perjudicado por el arbitraje.  Pero la labor del árbitro aún no había terminado, quedaba la segunda parte.

El segundo tiempo fue con la misma tónica, un Peñarol sin ideas, sin sorpresa, sin futbol, sin abrir la cancha, sin delanteros capaces, lo único que le quedó fue la enjundia de empujar y asi y todo debió empatar, pero no pudo hacerlo entre sus propios errores y los fallos arbitrales.

Ncional solo tuvo que cuidar la ventaja, agruparse bien y contar con la garantizada ventaja del fallo arbitral.

La más clara para el aurinegro fue a los 12´ con un toque de Maxi Rodríguez para que se fuera Hernández por derecha y metiera el centro que cabecea Cavallini apenas ancho contra la base del palo izquierdo. Prácticamente la única vez que Peñarol desbordó con criterio.

A los 18´ se va expulsado Rogel por segunda amarilla cuando corta una carrera del cebolla que iba expreso hacia el área de Conde. Un jugador que debió irse expulsado antes porque la jugada de primer penal no sancionado, era amarilla.

Pero 10´ minutos después Ostojich completa su labor cuando no sanciona un claro penal por una mano evidente de Polenta en el  área desviando un remate del cebolla Rodríguez. Una vez más en un encuentro clásico Peñarol es lisa y llanamente despojado por los “errores” arbitrales. No descansan ni en los amistosos. Hay carta blanca cuando se trata de perjudicar a Peñarol. Hasta cuando es posible tolerar esta situación de permanente despojo?.

De ahí en más Peñarol no generó nada y es evidente que vuelve a caer por sus propios errores, por la falta evidente de futbol, porque es un equipo sin patrón de juego, sin elaboración, sin sorpresa, sin peso ofensivo, que no sabe jugar cuando queda en ventaja numérica y con un técnico que no atina a otra cosa que acumular delanteros que no cambian el ritmo de juego. Ahora se supone que la solución es Viatri, pero estamos cansados de ver lo mismo. El equipo jugó tres partidos completos y fue incapaz de convertir siquiera un tanto.

Si a todos estos errores propios le sumamos los “errores” arbitrales resulta casi imposible aspirar a un resultado diferente. Ahora el miércoles se juega a las 5 de la tarde por lo que no podremos ver el partido porque este futbol absurdo se olvida que en este país la gran mayoría de la gente trabaja y le colocan un partido a las 5 de la tarde de un miércoles.

En fin una ecuación que no puede tener otro resultado que no sea más de lo mismo.

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