Buscar este blog

jueves, 29 de diciembre de 2016

Capitan de capitanes

Se nos fue el “capitán de capitanes”, el gran Nestor “tito” Gonçalves. Un joven que llego a Peñarol desde su Cabellos natal con 21 años en 1957 y se retiró con 34 en 1970 sin haber vestido nunca otra camiseta. Lo vinieron a buscar hasta del Real Madrid, pero el tito nunca se quiso ir.

Para que se iba a querer ir? Si en Peñarol fue campeón de la Libertadores 3 veces (1960, 1961 y 1966), dos intercontinentales (1961 y 1966), campeón de campeones de América en 1969 y ganó 9 campeonatos uruguayos (incluyendo el primer quinquenio 1958-1962). Fue el capitán de capitanes, símbolo reconocible del Campeón del Siglo como jugador que mucho hizo para traer ese título a la institución.

De una personalidad arrolladora que influía sobre propios y extraños, fue el patrón del medio campo. Recio, fuerte, incansable, pero para nada negado técnicamente y siempre un caballero dentro del campo, fue protagonista de hazañas imborrables como la remontada de Santiago ante River Plate.

Peñarol perdía 2 a 0 y era ampliamente superado. En el inicio del segundo tiempo ingresa Tabaré González y le pregunta al capitán “Tito y yo que hago?”. Elocuente, el gran capitán le respondió “y yo que sé, hermano, matá a uno y después hablamos”. El final de la historia es conocido, Peñarol ganó 4 a 2 y se consagró campeón de América por tercera vez.

Al final del partido, todo eran abrazos y festejos. Algún jugador aurinegro sintió vergüenza de sus lágrimas y quiso ocultarlas, hasta que se encontró con el tito y vio al gran capitán, al tricampeón de América, a quien había recorrido el continente llenándose de gloria y también estaba llorando.

Fue el jugador que más partidos ha disputado con nuestra camiseta en el pecho, entrando al campo en 574 ocasiones. Además fue mundialista con Uruguay en 1962 y 1966. Se retiró como vivió, sin alharaca. No anuncio su retirada, no organizó un partido de despedida. Simplemente se fue por el túnel y no volvió más.

Pero nunca se fue de Peñarol. Continuó en la institución como funcionario, siendo el intendente del campo de “Las Acacias” hasta la fecha y también vinculado a la gloria deportiva a través de su hijo, Jorge Gonçalvez, también campeón de la Libertadores con Peñarol.

Fue protagonista de la inauguración del estadio, llevando gallardamente una de las copas que conquistó como jugador, junto con otros grandes capitanes aurinegros. Fue objeto de innumerables homenajes de una parcialidad agradecida y respetuosa de su legado.

A los 80 años, hoy se nos fue el gran capitán pero su recuerdo y ejemplo debe inspirar a las generaciones carboneras presentes y futuras. El símbolo de un jugador que jamás claudicó dentro de un campo de fútbol y por eso fue campeón de todo. Un hincha como nosotros, protagonista de la más rica historia del Campeón del Siglo.

Néstor Gonçalves fue el capitán de capitanes, un ídolo de la parcialidad carbonera, un ejemplo de jugador y persona. Desde hoy pasa a ser un dios de la religión carbonera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario