La famosa novela de García Márquez le da un
título que le cae como anillo al dedo a la salida de Da Silva de
Peñarol. Acaso alguien tenía la menor duda de que esto terminaba así? Da
Silva no contaba con la confianza de los dirigentes, ni con la de la
hinchada y mucho más grave, no contaba con la confianza de sus propios
jugadores.
Da Silva jamás se logró sentir cómodo como
entrenador de Peñarol. Ya el fin de su primer ciclo lo demuestra.
Haberse retirado aduciendo las críticas de la tribuna y los dirigentes
evidenciaba que no tiene la personalidad necesaria para ser el técnico
de Peñarol. Lo dijimos a su regreso ( http://manyahistoriasdenuestrahistoria.blogspot.com.uy/2016/01/por-la-vuelta.html ) que ojalá hubiera
aprendido aquello que se necesitaba para salir adelante en el universo
Peñarol. Evidentemente no fue así.
Da Silva jamás logró encontrar su equipo. Ni el
en clausura anterior donde el equipo jugó rematadamente mal y terminó
salvando la temporada gracias a la renta adquirida por el tan criticado
Pablo Bengoechea. Mucho menos en este campeonato especial donde, con
todos los jugadores que pidió, nunca hizo siquiera un partido aceptable.
Eliminado en la primera ronda de la Sudamericana por el modestísimo
Sportivo Luqueño, sin chances de campeonato en apenas 6 fechas de este
campeonato de cabotaje, el destino del técnico no podía ser otro.
Es más, creemos que no debió seguir luego del
encuentro con Wanderers cuando amagó renunciar. Ahí ya se hizo evidente
que Da Silva no tenía el temple ni la convicción necesaria para sacar el
equipo adelante y fue lo que siguió mostrando en los partidos
posteriores. Se perdió tiempo y una vez más, quien salió perjudicado fue
Peñarol.
Ahora habrá que avocarse a la designación del
nuevo profesional que nos conduzca en el 2017. Desde estas páginas hemos
expresado ya que nuestro candidato es Almada. Pero para que esa gestión
pueda tener éxito hay dos cosas que deben darse. La primera es que se
le permita trabajar como quiera, sin imposiciones ni lineamientos
marcados por el club. La segunda, que TODOS tengamos la paciencia
necesaria para entender que como entrenador que llega debe hacer su
camino y aprender lo que es este mundo Peñarol, tan propenso a devorarse
a los profesionales que llegan sin un paso anterior por el club.
Se dice que el numero uno lo tiene el argentino Ariel Holan a quien apenas conocemos, Recordamos alguna entrevista cuando era técnico de la seleccion de hockey de Uruguay pero sinceramente desconocemos su trabajo. De todos modos, los conceptos expresados, también valdrían para este caso. Igual seremos claros: no nos genera tanta expectativa como Almada.
Será momento de decisiones y de esas que definen
el futuro. Del acierto o el error depende buena parte del futuro
inmediato del club en su faz deportiva. Esperemos que quienes tienen que
tomar esa decisión estén iluminados y puedan dejar sus consideraciones
de lado para pensar en Peñarol.
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