Parece
que Bengoechea (igual que los dirigentes) quedó conforme después del desastre que fue el
equipo contra River porque salió con los mismos 11 iniciales a enfrentar a
Danubio en Jardines.
Y la
verdad es que el primer tiempo fue aburridísimo, con un Peñarol que no pateó al
arco en todo ese primer tiempo. En 45´ el equipo elegido por el técnico no fue
capaz de generar ni siquiera una chance, aunque fuera remota, de gol.
Dígase
que enfrente tuvo uno de los peores equipos de Danubio que podamos recordar. Un equipo que tuvo algo más la pelota, que la manejó
mejor y que insinuó alguna cosa pero sin ser nunca peligroso.
No obstante
tuvo un par de chances. La primera ya al minuto de juego con un córner del ex
aurinegro Grossmüller desde la izquierda, despeja mal hacia el medio Guruceaga con
una mano y la toma Zarfino cuyo remate
se pierde por encima del horizontal.
La otra
chance clara fue a los 22´ con una pelota larga que corre Saracchi, se juega la
ropa Guruceaga yendo abajo para obligar a la moña larga y sobre la línea mete
el centro que despeja Mac Eachen al córner cuando estaba el arco libre y entraba
Barreto por atrás.
Apenas
dos chances de gol, ambas para Danubio, demuestran claramente lo que fue el
primer tiempo.
El
segundo tiempo fue bastante parecido. Mejoró algo Peñarol pero sin llegar a
jugar nunca como pretendemos.
Nuevamente
fue Danubio el que al minuto tuvo la posibilidad de convertir. Un desborde de
Barreto por derecha el centro alto y el cabezazo del ex aurinegro Juan Manuel
Olivera que se pierde por encima de horizontal.
A los
9´ llega el tanto aurinegro. Una descarga de Zalayeta a la derecha para la subida
de Aguirregaray. El centro del vasquito lo peina Piriz y lo remata de bolea
Aguiar para clavarla contra el palo derecho de Torgnascioli que nada pudo
hacer. 1 a 0 Peñarol cuando el tanto no se veía por ningún lado.
Pudo empatar
Danubio a los 16´ con un envío de Peña al área, el toque de taco de Olivera
para el remate de Grossmüller que se pierde arriba del horizontal.
Respondió
Peñarol un minuto después, también con un notable taco de Albaracín para
habilitar a Ifrán que entró por derecha y quedó solo frente al arquero pero al
intentar dominar, la pelota se le fue muy larga permitiendo que Torgnascioli se
quedara con ella arrojándose a los pies del delantero carbonero.
El
resto del encuentro transcurrió entre un Danubio que tenía la pelota y el
dominio del campo pero no ofendía con peligro. Mientras Peñarol no consiguió
aprovechar el contragolpe (hoy no pudo entrar Luque).
Contribuyó
a quitarle ritmo un parate de unos 7 minutos por un problema de salud suscitado
en la tribuna de la hinchada local y cuando el juego se reanudó, Peñarol no
volvió a experimentar grandes zozobras.
Excepción
única de un tiro libre frontal al área por falta de Guillermo Rodríguez (que
volvió y se le notó la falta de distancia y deficiente condición física). Lo
remató Grossmüller pero le pegó muy de abajo y la mandó muy lejos del
horizontal.
Ganó
Peñarol jugando muy mal. Generó muy poco en ofensiva y por momentos sufrió en
defensa pero se llevó los tres puntos en una cancha muy difícil ante un rival
que no estuvo a la altura que nos tiene acostumbrados. Pero además un partido
muy especial por la debacle de hace una semana ante River.
Al
terminar de la fecha, Peñarol quedará, en el peor de los casos, en la segunda
posición. Un escalón que le permitirá continuar con expectativas en el
campeonato. Habrá 15 días para trabajar por la interrupción del campeonato por
causa de la disputa de las Eliminatorias. Será tiempo de que Bengoechea
aproveche la oportunidad que aún se le brinda de ser el técnico aurinegro y que
ante Rentistas, el equipo muestre algo más de juego.
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