Y llegó
finalmente el tan esperado encuentro internacional de presentación del
aurinegro. Ese que no se pudo concretar antes por el clima, por “circunstancias
ajenas a la institución” y por la notoria ineficacia de nuestro gerente
deportivo.
En
definitiva el rival de la ocasión terminó siendo Ferrocarril Oeste de
Argentina. Una institución con la que nos une un nacimiento como institución ferroviaria
y que de ahí provino el escocés John Harley, el primer gran maestro de nuestros
colores allá por 1908. Un Ferrocarril Oeste que tuvo su apogeo a principios de
los 80 cuando fue bicampeón argentino (con el mérito de que fue en la época que
debía ganarse las dos ruedas para coronarse campeón), pero que actualmente no
pasa de ser un equipo de segunda división.
Peñarol
fue superior desde el primer momento, imponiendo un juego ágil, rápido y de
mucho toque, lo cual confesamos, nos sorprendió gratamente. Notamos en este
Peñarol una saludable intención de tocar la pelota y jugarla con rapidez y
precisión y un encomiable uso del recurso del remate desde fuera del área.
Enfrente
un equipo argentino que utilizó una formación calcada a la de Fossati con un
sistema de línea de 5, que tuvo el toque de pelota ordenado, típico de los
equipos de la vecina orilla, pero que careció de peso ofensivo para inquietar
al debutante Migliore.
Ya en
el primer tiempo debió irse ganancioso el carbonero y si no lo logró fue porque
falló a la hora de la definición. Fundamentalmente por parte de Nuñez que tuvo las dos
más claras, una terminó reventando el palo derecho del arquero y en la segunda,
definió mal y la tiró afuera después de haberse ido de un zaguero en velocidad y dejado por
el camino al arquero.
A esto
se suman sendos remates de Piriz y Rodales que sacó el arquero argentino en
buenas acciones.
Interesante
aporte en ese primer tiempo de los debutantes Diogo y Rodales, buena
participación de Nuñez y el japo Rodríguez y algún toque de calidad de Pacheco.
Para el
inicio del segundo tiempo se dio el esperado ingreso de Jonathan Rodríguez pero
no por Nuñez como se pensaba sino por Zalayeta.
Y de
movida nomás dio sus frutos el cambio porque Jonathan fue derribado dentro del
área y el árbitro sancionó el claro penal que remató el propio Jonathan (gesto
de Pacheco para que convirtiera el juvenil después de su frustrado pase) y la
clavó contra el palo izquierdo para poner la merecida ventaja mirasol.
De ahí
en más el encuentro fue todo aurinegro que jugó permanentemente en campo rival
y tuvo varias chances más para convertir que no se concretaron por impericia de
nuestros delanteros (incluyendo otra de Nuñez debajo del arco) o buenas
atajadas del arquero argentino.
Finalmente
sobre los 22´ llegó el segundo carbonero. Gran jugada de Estoyanoff (que había
entrado por Nuñez) por derecha y cuando le quedó el remate, la jugó al medio
para la entrada del japo Rodríguez. Su primer remate lo rechazó el arquero pero
no pudo contener y en el rebote el mismo japo Rodríguez la mandó a guardar,
estampando el 2 a 0 que sería definitivo.
De ahí
en más, controló el encuentro el mirasol, que pudo haber conquistado algún otro
tanto (se destaca un remate de Hernán Novick que contuvo el arquero) y no pasó
zozobras en su arco, al punto que Migliore no protagonizó ninguna atajada de
destaque.
Es
temprano para ponerse contento, pero Peñarol jugó un partido interesante y con
una destacable intención de juego, muy superior a la que podríamos esperar por
tratarse del primer encuentro con ritmo a la salida de la pretemporada,
Un párrafo
aparte para los 20.000 aurinegros que en una noche fría de martes colmamos otra
vez el Centenario para ver al carbonero. Fue especialmente emocionante el
cerrado aplauso para el recuerdo a Julio Cesar Abbadie y Dante Cocito que
pidieron pase al Peñarol inmortal en estos días.
Apenas
es un primer partido, una leve aproximación a lo que podrá ser este Peñarol en
la temporada, pero seríamos hipócritas si dijéramos que hoy no volvimos
satisfechos.
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