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domingo, 4 de agosto de 2013

Las historias que no debemos olvidar.

Finalmente mañana se concretará el anunciado regreso de Bizera al plantel de Peñarol. Desde este espacio y desde su mismo nombre, propugnamos por recordar la historia del campeón del siglo y siendo coherentes con esa pretensión no podemos ahora dejar de lado el pasado de este futbolista.

Sabido es que  Bizera formó parte del grupo de 4 jugadores que se negó a ser transferido en las condiciones que establecía el club, para hacerlo de la forma que deseaba su representante con un perjuicio de más de 10 millones de dólares para la institución.

Este hecho no debe olvidarse ni dejarse de lado y la misma posición teníamos en el caso del retorno de Carlos Bueno y lo tendríamos del mismo modo en ocasión de producirse el regreso del cebolla Rodríguez o Leal.

Pero además en este caso tiene un agravante. No hace demasiado tiempo Bizera estuvo muy cerca de jugar en Nacional y no solo estaba dispuesto a hacerlo sino que fue visto en las tribunas del Parque Central en compañía de Recoba y Medina.

Que un jugador que haya vestido nuestra camiseta se ponga la del rival no nos molesta, pero en este caso un jugador que optó por hacer lo que quería su representante sabiendo el enorme perjuicio que le ocasionaba al equipo al que le debe todo, nos resulta absolutamente insoportable.

Ahora el jugador declara que siempre supo que un día volvería a Peñarol. El Sr Bizera toma por estúpidos a los hinchas de Peñarol. Bajo ningún concepto se puede entender que si siempre tuvo la idea de regresar al club, considerara siquiera la opción de jugar en el rival.

Es lo suficientemente “profesional” para considerar la posibilidad de jugar en el rival de todas las horas y nos parece muy bien, pero en su momento no fue profesional a la hora de respetar el contrato que tenía con Peñarol y aceptar la transferencia en las condiciones que eran aceptables para el club.

Pero además el Sr Bizera llega tarde. No pudo integrar la lista de la Copa Sudamericana porque se quedó en México hasta solucionar el tema económico con el Atlante de ese país. Claro su “profesionalismo” le impedía resignar dinero para venir en tiempo y forma a Peñarol, que lo esperó mientras pudo (y después también).

Bizera se vuelve a colocar la camiseta aurinegra y le deseamos lo mejor, porque eso es lo mejor para Peñarol. Festejaremos sus buenas actuaciones si las tiene, del mismo modo que gritamos los goles de Bueno después de su regreso, porque eran goles de Peñarol. Pero mantendremos la memoria, porque aquel hecho, aun siendo un mal recuerdo, también forma parte de las “historias de nuestra historia” que no debemos olvidar.



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