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miércoles, 22 de febrero de 2012

Un noche para olvidar

Cuando hacíamos el comentario de los rivales aurinegros antes de comenzar la serie, decíamos que en Nacional de Medellín era un equipo rápido y de buen toque, que son las cosas que mas suelen complicarnos.

Y así fue desde el principio, los colombianos haciendo rotar la pelota, en ese toque que se vuelve exasperante para cualquier equipo uruguayo, tocando rápido y con precisión y haciendo de cada avance un peligro para la valla aurinegra.

La tuvo siempre el equipo verde, que con el toque de Torres, la velocidad de Pabon y Córdoba, nos complicó siempre.

Para empeorar, Peñarol no repitió lo hecho en Mendoza el jueves pasado.No jugó con claridad y no generó ni por asomo las situaciones de gol que creó en el estadio mendocino.Aguiar entreverado con la pelota, errando permanentemente los pases, Mora muy solo adelante y un Zalayeta que no gravitó en ningún momento.

A eso se sumó el deficiente trabajo defensivo que, en la jugada del primer gol del Nacional colombiano, hace lo que nunca debe hacer una defensa: despejar hacia el medio (sobre todo cuando tenía la posibilidad de tocar con Carini para que la despejara).

Pelota rifada, el pase a la punta, una definición perfecta y se nos complicó la noche.

Uno a cero abajo sobre los 10 minutos y un Peñarol desesperado, apurado, entreverado, queriendo llevarse por delante al rival pero sin genera juego.De todas maneras tuvo alguna pero su propia ineficacia lo frenó, ayudada por un arbitraje perjudicial como nos tiene acostumbrados el paraguayo Amarilla cada vez que nos toca.No cobró unas cuantas a favor del carbonero, las mas importante una contra Aguiar en la puerta del área y a esto se sumó el línea cobrando un offside inexistente a un Mora que quedaba cara a cara con Pezutti.

Pero las más importantes siguieron siendo del visitante que pudo ponerse 2 a 0 en una definición por encima de Carini que dió en la base del palo y afortunadamente salió.Otro disparo de Pabon que pasó cerca a lo que Peñarol solo opuso un par de tibios remates lejanos de Mora que terminaron cómodamente en las manos de Pezutti.

Contar lo que fue el segundo tiempo es contar la crónica de una muerte anunciada.Ya a los pocos minutos pudo aumentar el equipo colombiano, pero Mosquera (el único que no estuvo a la altura de sus compañeros) erró un gol increíble con Carini ya en el suelo.Pero fue solo la postergación de lo inevitable, ya que un par de minutos después la peina Pabon y otra vez Córdoba, con complicidad de Carini, marca el 2 a 0.

De ahí en mas no es posible mencionar ninguna chance clara de gol para Peñarol y en cambio se acumularon los goles verdes.De nada sirvieron los cambios porque Peñarol no tuvo nunca claro lo que tenía que hacer para llegar al gol, mientras que los colombianos tenían clarísimo su libreto.

Caída sin atenuantes que complica el futuro de la copa, pero además preocupa por la forma y la falta de respuesta futbolística del equipo.Porque a no confundir, acá no falto garra, no faltaron los “huevos” que siempre pide la tribuna, faltó futbol, faltó marca, faltó velocidad, faltó definición.

Por eso cobran aún más importancia los puntos perdidos el jueves en el Malvinas Argentinas, puntos que Peñarol debío ganar y dejó escapar.

Lo único rescatable de la noche fue, como siempre, la hinchada de Peñarol, que continuó alentando y empujando al equipo, mostrando claramente la diferencias con otras parcialidades de este país.

Complicadísimo si, pero somos Peñarol y hasta el último momento, más vale que no nos descarten.

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