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jueves, 27 de mayo de 2021

Nunca tuvimos un equipo

 

Hoy no había mañana y no hubo, porque Peñarol debía ganar para forzar al tercer partido y para eso debía jugar muchísimo mejor de lo que lo hizo en el primer encuentro y no lo hizo. El único consuelo parecía ser que peor no podía jugar. Peñarol no llegaba ni a 12 jugadores para armar el plantel y no iba a encontrar hoy el juego colectivo que no encontró en todo el campeonato.

El primer cuarto fue muy parejo y se fueron alternando en el comando del marcador. Peñarol volvió a errar mucho debajo del aro un defecto que no ha podido corregir en todo el campeonato. La primera diferencia la saco Urunday 7 a 3, pero Peñarol se recupera y consigue pasar por primera vez 11 a 10 y amplía a 13 a 10, pero no consigue sostener la ventaja y Urunday vuelve a sacar ventaja (15-13). Peñarol recupera y saca máxima de 4 (19-15) y el partido termina con ventaja mínima 19 a 18.

Pero el segundo cuarto comienza con un triple para Urunday y recuperación y doble para sacar 4 23 a 19 que luego se amplía con otro triple 28 a 21 y sigue aumentando la diferencia, la lleva primero a 9 (32-23) y luego a la máxima hasta entonces 35 a 25. Peñarol reacciona y consigue empatar en 35, pero como cada vez que rema para remontar, Peñarol se vuelve a quedar una vez que lo consigue y Urunday recupera ventajas y termina ganando el primer tiempo por 42 a 37.

Complicado panorama para el segundo tiempo porque Peñarol volvió a defeccionar y no perdió por más porque en ese primer tiempo Urunday no estuvo tan inspirado como en el juego psasado.

Peñarol rema para empatar en 44, pero una vez más se queda cuando lo consigue y Urunday saca ventajas otra vez 57-48 y recupera la máxima 59-49 y Peñarol no reaccionaba y perdía el encuentro y quedaba fuera del campeonato. A Urunday no le importaba y saca la máxima 62-49 y termina ganando el cuarto por 62 a 53.

El último cuarto estuvo demás. En algún momento se acercó Peñarol, pero nunca puso en peligro la victoria de Urunday que terminó ganando 87 a 81.

Se termina la primera participación aurinegra en una Liga y nadie podría aspirar a llegar mucho mas lejos, pero queda el mal sabor de boca de lo mal que se jugaron ambos juegos de cuartos. Peñarol nunca fue un equipo, jamás tuvo juego colectivo y eso es responsabilidad de los jugadores y también del técnico Kogan. Peñarol siempre dependió de sus individualidades para ganar los encuentros y en cuartos de final nos falló quien o podía fallar: el boricua David Huertas. No vino a jugar estos encuentros y sin él, Peñarol nunca tuvo chances de ganar. El mejor en estos partidos terminó siendo Araujo, con todas sus limitaciones, errando tantos debajo del aro, el dominicano fue de lo mejor. Aportaron Mazzarino, García, García Morandi, Barrera, Borsellino. Faltó a la cita también Famous que había sido el extranjero más regular. No pudo jugar ni un minuto Dotti lesionado. Así fue muy difícil para Peñarol que termina cerrando su participación sin quedar en el recuerdo.

La mayoría de los partidos Peñarol no los jugó, los peleó. Nunca se vio un juego colectivo, propio de un equipo de básquet. Tampoco nos terminó convenciendo la forma en que fue dirigido. Habrá que armar un equipo, un equipo de verdad, si queremos hacer algo en la próxima liga.

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