Peñarol
jugaba su primer partido oficial del año, con el objetivo de retener la supercopa
uruguaya obtenida en 2018. Antes debía jugar la final de la copa de verano ante
Barcelona de Guayaquil, pero increíblemente no pudo disputarla por un problema
entre los jueces, Nacional y Tenfiel. Un verdadero absurdo que llevó a que el
partido terminara siendo disputado a puertas cerradas sin esa copa en juego
(finalmente ganó Barcelona 2 a 1 y el gol aurinegro fue de Piñeiro).
No podía
contar con su entrenador Diego López, en virtud de la suspensión en el partido
final del uruguayo 2018. Fue dirigido por el gallego Oscar Ferro ex arquero
aurinegro, que dispuso en el campo prácticamente el mismo equipo del clásico de
la copa amistosa, con la única excepción de la entrada del cebolla Cristian
Rodríguez en lugar de Gastón Rodríguez.
Nacional
con una integración mucho más conservadora que la del encuentro anterior, donde
Peñarol ganó en el medio y le manejó el trámite. Con algunos de los nuevos
fichajes, el técnico albo intentaba contrarrestar el mejor juego mirasol del
partido anterior.
El viejo
complejo de inferioridad tricolor impidió que el espectáculo fuera amenizado
por una de las murgas más importantes de nuestro país, puesto que Nacional se
opuso porque su director, Raúl Castro, está muy identificado con nuestra
institución (fue candidato a la vicepresidencia en la elección de hace 4 años).
En la
tribuna, una vez más, ganó claramente el aficionado mirasol que concurrió en un
número mucho mayor que la parcialidad adversaria, tal como nos tiene
acostumbrado en las ocasiones donde las tribunas se reparten en partes iguales
para ambos.
Desde antes
del inicio la preocupación mirasol por el arbitraje de Andrés Cunha que siempre
se equivoca en contra de Peñarol. Y Cunha empezó temprano a jugar a Peñarol,
porque permitió que Nacional pegara a placer. Arzura cometió dos faltas de
amarilla antes de los 2´y no la recibió, hecho que se agrava luego con otra
tercera falta antes de los 10´y siguió sin amarilla.
Peñarol
tuvo más la pelota, pero careció de ideas y se fue perdiendo ante un Nacional
ultradefensivo que jugó con 5 hombres atrás y 3 de marca en el medio.
Así Peñarol
tuvo una sola jugada clara para anotar. Fue a los 30´ con una pelota recuperada
en el medio y que permitió el único ataque con espacios del primer tiempo. El
cebolla con apertura a la derecha para el lolo Estyoyanoff que entra al área y
saca el remate, malo y muy alto sobre el travesaño cuando podría haber tocado
al medio.
Nacional,
que no había llegado encuentra el gol a los 36´. Una pelota frontal al área
aurinegra, falla Formiliano que no salta y permite que reciba Sebastián
Rodríguez a sus espaldas y meta el centro al medio. Dawson queda contra el
primer palo y por el segundo entra solo Angeleri que no tiene más que meter la
cabeza para mandarla al arco vacío.
Nacional
fue consciente de su inferioridad, jugó a defenderse, a destruir, a cerrar los
caminos a su arco y busco algún acierto arriba. Peñarol tuvo la pelota y la iniciativa,
pero cayó en la red defensiva rival. Tuvieron una cada uno en el primer tiempo.
Peñarol resolvió mal la suya por Estoyanoff y Formiliano falló en la que tuvo
el tricolor. Resultado: Nacional 1 a 0.
A esto se
suma que Nacional pegó todo el primer tiempo y se fue sin una sola amarilla.
Peñarol cometió apenas 3 faltas y se fue con Martínez amonestado (en este caso
bien). Dualidad de criterio del juez que le dicen.
El segundo
tiempo sería distinto. Porque mejoró Peñarol y Nacional nunca cambió el libreto
y se fue metiendo cada vez más atrás y pisó nunca el área mirasol.
La primera
del aurinegro es a los 9´ con un remate desde afuera del área del cebolla
Rodríguez y la pelota pasa cerca del palo derecho de Conde.
El empate llega
a los 15´ cuando luego de un córner de la derecha, Angeleri lo toma del cuello
al toro Fernández y lo derriba. Claro penal bien sancionado por Cunha. Lo
remata el capitán aurinegro, fuerte, a media altura, contra el palo derecho y
vence la estirada de Conde que se tiró bien.
De ahí en
más dominó el aurinegro que mereció el segundo. Tuvo una chance a los 25´ con
un toque para Giovanni González a la derecha, centro al medio y cabezazo del
toro Fernández que le sale débil y a las manos de Conde.
Otra a los
38´ con otro centro de Giovanni desde la derecha y el cabezazo limpio de
Canobbio que se pierde apenas afuera contra el palo derecho cuando se gritaba
el segundo mirasol.
A los 42´ un
córner desde la derecha, rechaza la defensa tricolor y cuando Giovanni González
va a tomar la pelota, Sebastián Rodríguez le deja la plancha y se va bien
expulsado.
Así se
fueron los 90´ reglamentarios y el partido se fue al alargue. En ese alargue,
fue muy superior Peñarol que transformó en figura al arquero rival, pero no lo pudo
vencer.
Debió
ganarlo a los 2´del primer “chico” del alargue, cuando luego de una notable
jugada de Canobbio, cede a Lucas Hernández que mete el centro pasado. Entra solo
por el segundo palo Gastón Rodríguez que remata fuerte y cruzado y rechaza el
arquero Conde con el pie. El rebote lo toma Giovanní González que remata a
quemarropa y Conde hace otra notable atajada con una mano, salvando lo que era
el gol aurinegro y a la postre, la copa.
Sobre los
7´ una notable pelota filtrada por el cebolla Rodríguez para la entrada de
Giovanni González por derecha, a espaldas de la defensa y saca el remate que
pega en Pereira y contiene Conde.
A los 10´
centro al área que despeja la defensa y el remate del cebolla desde fuera del
área se pierde ancho contra el palo izquierdo.
En el
segundo tiempo del alargue, a los 13´ otro centro al área tricolor, el cebolla
que intenta el remate trabajo y Novick de media vuelta la manda afuera contra
el palo izquierdo.
Faltando un
minuto se va expulsado Pereira en el tricolor por segunda amarilla al bajar a
Gastón Rodríguez.
El partido
terminó 1 a 1 y se fue a la definición por penales, donde no estuvo certero el
mirasol (erraron Gastón Rodríguez, el toro Fernández y Lucas Hernández) y la
copa se la llevó Nacional. Castigo para Peñarol que tuvo todo para ganarlo y no
lo supo hacer, contra un equipo que se sabía inferior y jugó como tal y al que,
teniendo un hombre de más en el campo, no supimos vulnerar.
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