Como al
inicio de cada campeonato, se impone el análisis de las altas y bajas en el
equipo, pero esta vez deben también hacerse otras consideraciones. A lo largo
de la historia, Peñarol ha sido siempre una institución presidencialista, donde
la opinión y voluntad de su presidente de turno, ha sido determinante en la
vida del club. En los últimos años, esta tendencia se había acentuado bajo la conducción
de Juan Pedro Damiani y venía siendo muy criticada por la oposición que manifestaba
no tener participación en las decisiones del club, sobre todo en lo que tiene
que ver con las trasferencias de jugadores.
Cuando
asumió la presidencia el Dr. Jorge Barrera cambió esta forma de proceder. Se
postuló como presidente de la unidad y nos consta que ha hecho el esfuerzo para
articular las diferentes fuerzas políticas del club en una unidad armónica.
Esto lo llevó a crear una comisión para tratar el tema de las incorporaciones y
trasferencias en el club. Una idea que puede ser muy loable, pero que, a
nuestro entender, ha complicado y enlentecido los necesarios cambios que el
equipo necesitaba.
El campeonato
uruguayo 2018, por absurda decisión de los dirigentes, terminó a mediados de
noviembre. Peñarol recién esta semana ha terminado de incorporar los jugadores que,
según su técnico y el área deportiva, necesitaba. Se ha perdido un tiempo precioso
en esta comisión. De los jugadores nuevos prácticamente ninguno pudo hacer la
pretemporada con el equipo. E incluso alguno de los que ya estaba y renovó
contrato, tampoco la hizo porque las negociaciones se demoraron más de la
cuenta.
Antes que
nada, estamos completamente de acuerdo en que se defiendan los intereses del
club y sabemos que las negociaciones con jugadores y contratistas son todo
menos sencillas. Pero es ley de vida que siendo la democracia el mejor sistema
de gobierno, es enemiga de lo ejecutivo. Siendo tanta la gente a opinar,
necesariamente los tiempos se alargan. Nadie sabe a ciencia cierta cómo
funciona la dichosa comisión, pero sí que está integrada por miembros de los
tres grupos políticos que hoy conforman el concejo directivo. También que el neurálgico
cargo de tesorero está en manos de la oposición. Es saludable que la oposición
ejerza el contralor de lo que hace (y gasta) el oficialismo, pero es imprescindible
que ese control esté sincronizado a los intereses y necesidades del club.
La
sensación es que se ha perdido tiempo. Que se demoró en renovar algunos
contratos (como el caso de Viatri) y llevó demasiado tiempo encontrar un
reemplazo para la salida de Carlos Rodríguez (un jugador a quien no se debía
dejar ir). Más allá de la novela de Erazo, a quien Peñarol hizo bien en no
contratar luego del informe del departamento médico, llevó demasiado tiempo la
llegada de otro central que supliera esa salida.
Tomando
esto en cuenta y deseando que se tome nota para el futuro, en líneas generales,
ha habido aciertos y errores en este período de pases. Como acierto debemos
destacar que se mantuvo casi la totalidad del plantel que logró el campeonato
2018, incluyendo muchos jugadores que ya fueron campeones en 2017. Se logró la
renovación del 90% de los contratos que vencían, aunque alguno tarde, como ya fue
expresado.
Como error,
la ya mencionada demora en la resolución de los temas. Esto se ve también en el
caso de algún jugador que se fue porque no se le hizo una oferta rápidamente
como para cerrar la negociación y evitar otras ofertas (caso concreto de Carlos
Rodríguez). Por otro lado, los refuerzos que llegaron, no parecen a priori
demasiado alentadores. No hay una figura que llame la atención y que ilusione a
los hinchas. El refuerzo de mayor nombre, el zaguero argentino Lema, viene
apenas por 6 meses con una opción de compra imposible de afrontar. Esto se suma
a la pérdida ya confirmada para junio del toro Gabriel Fernández cuya venta ya
está concretada al futbol español.
Personalmente
consideramos que el sorteo de la Copa Libertadores fue lapidario para la
llegada de refuerzos importantes. El poderío de los rivales a enfrentar, parece
haber frenado el ímpetu de nuestros dirigentes y a priori, podemos decir que se
ha mostrado poca ambición para apostar por esa figuración internacional importante
que el club está necesitando tanto.
Los propios
dirigentes han adoptado el discurso de lo que importante es el tricampeonato. Y
sin dudas que es un objetivo importante, pero una institución del calibre
mundial que tiene Peñarol no puede conformarse apenas con un logro doméstico.
Nadie dice que vamos a ganar la Libertadores. Mejor que nadie sabemos lo
difícil que es, pero Peñarol necesita hacer buenas campañas internacionales, no
solo por la gloria que traen aparejadas sino también por el redito económico que
tan bien le haría al club.
Dejando
establecidas estas consideraciones, pasamos al tradicional análisis de los
movimientos del plantel.
BAJAS:
Carlos
Rodríguez: Un zaguero que llegó como apuesta y se terminó ganando la
titularidad. Mostró grandes rendimientos en momentos claves como los clásicos y
se entendió muy bien con Formiliano, conformando una zaga sólida y confiable.
No se debió permitir su ida. Peñarol debió ofrecerle rápidamente un nuevo y
mejor contrato para lograr su concurso. Era un jugador ya probado en Peñarol y
su sustituto, por bueno que sea, necesitará pasar por un periodo de adaptación al
equipo. Por otra parte, dudamos que su reemplazo gane mucho menos. Para
empeorar las cosas, fue contratado por la LDU, rival directo en la
Libertadores.
Carlos
Matheu: El zaguero argentino vivió la situación inversa a la anterior. Llegó con
la confianza del técnico para ser titular, pero su bajo rendimiento hizo que
perdiera rápidamente su lugar. Jugó muy poco y nunca se mostró como un jugador
que pudiera aportar a la causa mirasol.
Gonzalo
Freitas: Otro jugador que no demostró nivel para estar en Peñarol. El volante
por el que se pagó una suma importante, no aportó lo que se esperaba en el
equipo. Fue otro que jugó muy poco y quedo rápida y merecidamente radiado de la
consideración del técnico. Se va a préstamo al Everton chileno.
Maximiliano
Rodríguez: “La fiera” será una baja trascendente para el equipo. Cerebral,
inteligente, con una notable visión de juego. Un jugador siempre bien ubicado,
con un pase milimétrico y capacidad goleadora bastante superior a la media para
un volante. Un jugador que hacía la pausa inteligente y era un estratega dentro
del campo. Peñarol hizo todo lo posible por retenerlo, pero él tenía la
entendible intención de acabar su carrera en el equipo del que es hincha.
Gracias por todo Maxi y tu figura será recordada como uno de los grandes que
vistió nuestra camiseta.
Rodrigo
Piñeiro: El juvenil aurinegro es un jugador de unas condiciones notables. Habilidoso,
veloz, con buena definición y capacidad goleadora. Su salida a préstamo busca
que tenga más minutos en otro equipo con la intención que retorne con más
futbol. Pensamos que debía ser mantenido porque aporta soluciones que no se ven
en el resto del plantel. Fue el goleador en esta etapa de preparación y
esperemos no nos falten sus goles. Como parte positiva, Peñarol se reservó el
derecho de recuperar al jugador en junio si lo entiende necesario.
ALTAS:
Cristian Lema:
El zaguero argentino es el nombre más importante y que más ilusiona en este
período de pases. Un jugador alto, de buen juego aéreo en las dos áreas y que
ya ha convertido algún tanto en un amistoso. Es una apuesta interesante de un
jugador de calidad. Lo malo es que su pasaje será breve, puesto que tiene
contrato hasta junio y una opción de compra de tres millones de euros que es absolutamente
utópica para nuestro futbol.
Jesús
Trindade: Fue el primero que llegó y durante un buen tiempo, la única incorporación
que tenía Peñarol. El jugador que proviene de Racing es lateral y puede
desempeñarse por ambas bandas y también ha jugado de central. Llegó por la
posibilidad de que se fuera alguno de los laterales titulares, cosa que
finalmente no sucedió.
Juan Manuel
Izquierdo: Un joven zaguero que viene de Cerro. No lo hemos visto demasiado y
sabemos que llega por el acuerdo con Casal para que continuara Lucas Hernández.
Esperemos pueda demostrar condiciones y aportar al equipo.
Maximiliano
Rodríguez: Viene a suplir la salida de su “tocayo” argentino. Maxi ya fue
campeón con Peñarol en 2016 con destacado aporte de goles y asistencias. Es un
jugador de muy buenas condiciones, regate, pase y disparo desde afuera del
área. Ha sido perseguido por las lesiones que no le han permitido demostrar
todo lo que puede. Esperamos que Peñarol sea el lugar donde se pueda recuperar,
dándose el gusto de jugar con su hermano Gastón que también retorna al club.
Gastón
Rodríguez: Retorna del préstamo en la LDU justo para poder jugar con su
hermano. Es un delantero de condiciones, es rápido, de buen juego y tiene gol.
Sus problemas han sido más anímicos y de carácter que futbolísticos. Esperamos
pueda solucionar esos problemas de conducta y aportar sus condiciones.
Luis Acevedo:
El delantero de Cerro apareció esta temporada con goles en el equipo de la
Villa (incluyendo dos ante Peñarol en la victoria carbonera por 3 a 2). Viene
como parte de ese negocio con Casal en compañía de Izquierdo.
En suma, se
fueron pocos jugadores y llegaron en la misma proporción. Peñarol mantiene la
base del equipo campeón e incorpora algún jugador para reemplazar las pocas
piezas que ha perdido. Quedan en el debe las demoras para lograr esos refuerzos
para el equipo. A esto se suma la poca ambición mostrada para incorporar algún jugador
de calidad para enfrentar la competencia internacional con posibilidades de
éxito.
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