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sábado, 16 de febrero de 2019

La comisión de pases y los movimientos del plantel.


Como al inicio de cada campeonato, se impone el análisis de las altas y bajas en el equipo, pero esta vez deben también hacerse otras consideraciones. A lo largo de la historia, Peñarol ha sido siempre una institución presidencialista, donde la opinión y voluntad de su presidente de turno, ha sido determinante en la vida del club. En los últimos años, esta tendencia se había acentuado bajo la conducción de Juan Pedro Damiani y venía siendo muy criticada por la oposición que manifestaba no tener participación en las decisiones del club, sobre todo en lo que tiene que ver con las trasferencias de jugadores.

Cuando asumió la presidencia el Dr. Jorge Barrera cambió esta forma de proceder. Se postuló como presidente de la unidad y nos consta que ha hecho el esfuerzo para articular las diferentes fuerzas políticas del club en una unidad armónica. Esto lo llevó a crear una comisión para tratar el tema de las incorporaciones y trasferencias en el club. Una idea que puede ser muy loable, pero que, a nuestro entender, ha complicado y enlentecido los necesarios cambios que el equipo necesitaba.

El campeonato uruguayo 2018, por absurda decisión de los dirigentes, terminó a mediados de noviembre. Peñarol recién esta semana ha terminado de incorporar los jugadores que, según su técnico y el área deportiva, necesitaba. Se ha perdido un tiempo precioso en esta comisión. De los jugadores nuevos prácticamente ninguno pudo hacer la pretemporada con el equipo. E incluso alguno de los que ya estaba y renovó contrato, tampoco la hizo porque las negociaciones se demoraron más de la cuenta.

Antes que nada, estamos completamente de acuerdo en que se defiendan los intereses del club y sabemos que las negociaciones con jugadores y contratistas son todo menos sencillas. Pero es ley de vida que siendo la democracia el mejor sistema de gobierno, es enemiga de lo ejecutivo. Siendo tanta la gente a opinar, necesariamente los tiempos se alargan. Nadie sabe a ciencia cierta cómo funciona la dichosa comisión, pero sí que está integrada por miembros de los tres grupos políticos que hoy conforman el concejo directivo. También que el neurálgico cargo de tesorero está en manos de la oposición. Es saludable que la oposición ejerza el contralor de lo que hace (y gasta) el oficialismo, pero es imprescindible que ese control esté sincronizado a los intereses y necesidades del club.

La sensación es que se ha perdido tiempo. Que se demoró en renovar algunos contratos (como el caso de Viatri) y llevó demasiado tiempo encontrar un reemplazo para la salida de Carlos Rodríguez (un jugador a quien no se debía dejar ir). Más allá de la novela de Erazo, a quien Peñarol hizo bien en no contratar luego del informe del departamento médico, llevó demasiado tiempo la llegada de otro central que supliera esa salida.

Tomando esto en cuenta y deseando que se tome nota para el futuro, en líneas generales, ha habido aciertos y errores en este período de pases. Como acierto debemos destacar que se mantuvo casi la totalidad del plantel que logró el campeonato 2018, incluyendo muchos jugadores que ya fueron campeones en 2017. Se logró la renovación del 90% de los contratos que vencían, aunque alguno tarde, como ya fue expresado.

Como error, la ya mencionada demora en la resolución de los temas. Esto se ve también en el caso de algún jugador que se fue porque no se le hizo una oferta rápidamente como para cerrar la negociación y evitar otras ofertas (caso concreto de Carlos Rodríguez). Por otro lado, los refuerzos que llegaron, no parecen a priori demasiado alentadores. No hay una figura que llame la atención y que ilusione a los hinchas. El refuerzo de mayor nombre, el zaguero argentino Lema, viene apenas por 6 meses con una opción de compra imposible de afrontar. Esto se suma a la pérdida ya confirmada para junio del toro Gabriel Fernández cuya venta ya está concretada al futbol español.

Personalmente consideramos que el sorteo de la Copa Libertadores fue lapidario para la llegada de refuerzos importantes. El poderío de los rivales a enfrentar, parece haber frenado el ímpetu de nuestros dirigentes y a priori, podemos decir que se ha mostrado poca ambición para apostar por esa figuración internacional importante que el club está necesitando tanto.

Los propios dirigentes han adoptado el discurso de lo que importante es el tricampeonato. Y sin dudas que es un objetivo importante, pero una institución del calibre mundial que tiene Peñarol no puede conformarse apenas con un logro doméstico. Nadie dice que vamos a ganar la Libertadores. Mejor que nadie sabemos lo difícil que es, pero Peñarol necesita hacer buenas campañas internacionales, no solo por la gloria que traen aparejadas sino también por el redito económico que tan bien le haría al club.

Dejando establecidas estas consideraciones, pasamos al tradicional análisis de los movimientos del plantel.

BAJAS:

Carlos Rodríguez: Un zaguero que llegó como apuesta y se terminó ganando la titularidad. Mostró grandes rendimientos en momentos claves como los clásicos y se entendió muy bien con Formiliano, conformando una zaga sólida y confiable. No se debió permitir su ida. Peñarol debió ofrecerle rápidamente un nuevo y mejor contrato para lograr su concurso. Era un jugador ya probado en Peñarol y su sustituto, por bueno que sea, necesitará pasar por un periodo de adaptación al equipo. Por otra parte, dudamos que su reemplazo gane mucho menos. Para empeorar las cosas, fue contratado por la LDU, rival directo en la Libertadores.

Carlos Matheu: El zaguero argentino vivió la situación inversa a la anterior. Llegó con la confianza del técnico para ser titular, pero su bajo rendimiento hizo que perdiera rápidamente su lugar. Jugó muy poco y nunca se mostró como un jugador que pudiera aportar a la causa mirasol.

Gonzalo Freitas: Otro jugador que no demostró nivel para estar en Peñarol. El volante por el que se pagó una suma importante, no aportó lo que se esperaba en el equipo. Fue otro que jugó muy poco y quedo rápida y merecidamente radiado de la consideración del técnico. Se va a préstamo al Everton chileno.

Maximiliano Rodríguez: “La fiera” será una baja trascendente para el equipo. Cerebral, inteligente, con una notable visión de juego. Un jugador siempre bien ubicado, con un pase milimétrico y capacidad goleadora bastante superior a la media para un volante. Un jugador que hacía la pausa inteligente y era un estratega dentro del campo. Peñarol hizo todo lo posible por retenerlo, pero él tenía la entendible intención de acabar su carrera en el equipo del que es hincha. Gracias por todo Maxi y tu figura será recordada como uno de los grandes que vistió nuestra camiseta.

Rodrigo Piñeiro: El juvenil aurinegro es un jugador de unas condiciones notables. Habilidoso, veloz, con buena definición y capacidad goleadora. Su salida a préstamo busca que tenga más minutos en otro equipo con la intención que retorne con más futbol. Pensamos que debía ser mantenido porque aporta soluciones que no se ven en el resto del plantel. Fue el goleador en esta etapa de preparación y esperemos no nos falten sus goles. Como parte positiva, Peñarol se reservó el derecho de recuperar al jugador en junio si lo entiende necesario.

ALTAS:

Cristian Lema: El zaguero argentino es el nombre más importante y que más ilusiona en este período de pases. Un jugador alto, de buen juego aéreo en las dos áreas y que ya ha convertido algún tanto en un amistoso. Es una apuesta interesante de un jugador de calidad. Lo malo es que su pasaje será breve, puesto que tiene contrato hasta junio y una opción de compra de tres millones de euros que es absolutamente utópica para nuestro futbol.

Jesús Trindade: Fue el primero que llegó y durante un buen tiempo, la única incorporación que tenía Peñarol. El jugador que proviene de Racing es lateral y puede desempeñarse por ambas bandas y también ha jugado de central. Llegó por la posibilidad de que se fuera alguno de los laterales titulares, cosa que finalmente no sucedió.

Juan Manuel Izquierdo: Un joven zaguero que viene de Cerro. No lo hemos visto demasiado y sabemos que llega por el acuerdo con Casal para que continuara Lucas Hernández. Esperemos pueda demostrar condiciones y aportar al equipo.

Maximiliano Rodríguez: Viene a suplir la salida de su “tocayo” argentino. Maxi ya fue campeón con Peñarol en 2016 con destacado aporte de goles y asistencias. Es un jugador de muy buenas condiciones, regate, pase y disparo desde afuera del área. Ha sido perseguido por las lesiones que no le han permitido demostrar todo lo que puede. Esperamos que Peñarol sea el lugar donde se pueda recuperar, dándose el gusto de jugar con su hermano Gastón que también retorna al club.

Gastón Rodríguez: Retorna del préstamo en la LDU justo para poder jugar con su hermano. Es un delantero de condiciones, es rápido, de buen juego y tiene gol. Sus problemas han sido más anímicos y de carácter que futbolísticos. Esperamos pueda solucionar esos problemas de conducta y aportar sus condiciones.

Luis Acevedo: El delantero de Cerro apareció esta temporada con goles en el equipo de la Villa (incluyendo dos ante Peñarol en la victoria carbonera por 3 a 2). Viene como parte de ese negocio con Casal en compañía de Izquierdo.

En suma, se fueron pocos jugadores y llegaron en la misma proporción. Peñarol mantiene la base del equipo campeón e incorpora algún jugador para reemplazar las pocas piezas que ha perdido. Quedan en el debe las demoras para lograr esos refuerzos para el equipo. A esto se suma la poca ambición mostrada para incorporar algún jugador de calidad para enfrentar la competencia internacional con posibilidades de éxito.

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