Peñarol
debutaba en el torneo que es la obsesión de su hinchada: la Copa Libertadores
de América y lo hacía en el peor escenario: la altura de La Paz, un rival al
que Peñarol le ha costado mucho vencer en toda su historia. Pero además el
rival era el The Strongest que es un buen equipo y que a pesar de perder a su
principal figura como lo era Chumacero, todavía conserva un buen plantel y es
un equipo de cuidado, no solo en la altura sino también en el llano donde supo
ganarle por ej a Sao Paulo el año pasado.
Para
enfrentar a estos dos rivales, Ramos cambió el sistema por primera vez desde
que asumió como técnico de Peñarol. Colocó al debutante Maldonado, ex The
Strongest precisamente, en la zaga y adelantó un poco a Formiliano para que
jugara como una especie de líbero por delante de la línea de 4 que tenía como
objetivo evitar el remate rival desde fuera del área. Línea final que
presentaba a Rojo en el lateral izquierdo por suspensión de Lucas Hernández. En
el medio 4 jugadores, Canobbio, Gargano, el cebolla y Giovanni y Palacios como
delantero solitario.
Y el
partido se dio como siempre, película repetida de todos los juegos en la
altura. Peñarol metido en su campo, tratando de aguantar y dejándole al rival
todo el campo, que sin embargo, no aceleró en la medida que nos tienen
acostumbrados los equipos de la altura.
Fueron
todas para The Strongest, porque Peñarol no pisó el área, ni siquiera remató al
arco boliviano. La primera fue a los 7´ cuando se pierde una pelota en salida
por derecha, la mandan al área, la baja atrás Ibargüen y el remate de Veizaga
se pierde por encima de horizontal.
A los 14´
un tiro libre desde la izquierda de Ortiz, fuerte, al medio, a media altura,
que despeja bien Dawson rechazando la pelota.
La apertura
local llega a los 19´ luego de una distracción en defensa. Córner desde la izquierda
y salta solo el zaguero ecuatoriano Carcelén y mete el cabezazo limpio que
manda la pelota contra el palo derecho de Dawson que no llega.
Y el
partido no cambió. Peñarol siguió sin atacar y The Strongest sin apurar las
acciones. Igual así tuvo alguna otra chance sobre el final del primer tiempo.
Sobre los
40´ sube Ortiz por derecha, se mete hacia el medio y saca el remate desde
afuera del área que se va por encima del horizontal contra el ángulo derecho.
La última
sobre los 45´ con un tiro libre frontal, de nuevo de Ortiz que se va ancho
contra la base del palo izquierdo de Dawson.
La primera parte
del segundo tiempo fue igual, con The Strongest con la iniciativa y acelerando
después de los 10´ como no lo había hecho antes. Y en ese lapso Peñarol la pasó
mal.
Pudo ser a
los 13´ cuando le meten un pase largo a Escobar que entra por izquierda y se
juega la ropa Dawson para cerrar el arco y despejar con el cuerpo ganando la
cuereada.
Sobre los
18´ se resbala Formiliano y entra solo un jugador local y es Rojo el que hace
el cierre providencial cuando parecía que caería el arco carbonero.
Otra más a
los 20´ con una gran jugada de Castro que en una baldosa se saca a dos
marcadores y saca el zapatazo cruzado que se pierde apenas ancho contra la base
del palo derecho.
Pero
faltando 15´ se vio la estrategia que había diseñado Ramos. Entra Franco
Martínez por Maldonado, Fernández por Palacios y Peñarol se hace dueño de campo
y la pelota.
Pudo
empatar a los 32´ con una pelota larga para la entrada del cebolla por derecha,
toca atrás para Giovanni a quien le traban el remate y en el rebote vuelve a
patear y consigue retener el arquero Peñarrieta, abajo contra el palo derecho.
En esos
últimos minutos dominó Peñarol y The Strongest terminó haciendo tiempo en su
casa y en la altura.
Cayó
Peñarol y era una derrota esperable. Si se pretenden sacar puntos en el
exterior en esta Libertadores, no era éste el partido más indicado para
hacerlo. Ramos demostró un planteo inteligente que le permitió al equipo
conservar fuerzas para arrollar al rival en los últimos minutos.
Lamentablemente
para traerse puntos en un lugar como La Paz hay que hacer un partido perfecto y
Peñarol falló en la marca en el tanto del local y luego no pudo convertir la
chance que tuvo y por eso se vino sin ese posible punto que se fue a buscar.
Si es una
pena que en una era donde los organismos del futbol se llenan la boca hablando
de fair play, todavía se permita jugar en lugares donde las posibilidades no
son iguales para ambos equipos. Pero este es otro tema. Una prédica en el
desierto que no conviene a los intereses de quienes manejan este negocio.
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