En la tarde
de ayer Peñarol perdió uno de sus grandes baluartes. En este caso no se trata
de un aguerrido defensor, de un goleador implacable, de un centrocampista
habilidoso o de un arquero imbatible.
Falleció
José Carlos Domínguez, historiador, escritor, periodista, dirigente aurinegro, que
fue fiel a su conocido eslogan, dio "la vida por Peñarol" como
rezaba su presentación en un recordado programa deportivo de nuestra televisión
allá por los años 90.
Dueño de
una pluma exquisita a la hora de escribir sobre su Peñarol, orador versado a la
hora de debatir y exaltar a su carbonero querido, dirigente que supo capear con
el peor de los temporales cuando toda la prensa se puso en contra buscando que
Peñarol no alcanzara su segundo quinquenio uruguayo.
Tuvimos el
enorme honor de conocerlo personalmente a principio de la década del 90 y
comprobamos que llevaba en su vida privada lo que predicaba en la pública: la
defensa apasionada y justa de su Peñarol. Solía decir que "para un
peñarolense no hay mejor que otro peñarolense" y sobre esa máxima ajustó
su vida y su comportamiento.
Muy
recordado por su participación en aquel programa de Tv que era un clásico del
mediodía donde debatía (y generalmente hacia enojar) a su contrincante tricolor
con referencias "al vecino" al "pollito" y siempre con una
palabra de cariño para los "peñarolitos y peñarolitas" como llamaba a
todos los niños hinchas de Peñarol. Debatiendo siempre con altura y con una caballerosidad a toda prueba, sin alzar nunca la voz y con una eterna sonrisa en sus labios, pulverizaba a cualquier rival.
Durante
décadas editó la revista "La voz de Peñarol" y condujo el programa de
radio "La voz peñarolense" que continuaba emitiéndose hasta la
actualidad. Desde esas páginas y ese micrófono fue un defensor incansable y
siempre bien documentado, de los intereses de la institución. Conocía la
historia de Peñarol como pocos y la defendía a capa y espada contra todos los
trasnochados que pretenden interpretarla a su conveniencia.
Fue el
encargado de ser el orador en la ceremonia de celebración de los 100 años de
Peñarol en 1991 y desde esa tribuna nos hizo inflamar el corazón y emocionar el
alma con sus palabras de amor y devoción a nuestra enseña.
Supo ser
dirigente y entre otros cargos, ocupó la secretaria general del club en el
tumultuso período final del quinquenio cuando su programa era el único donde la
voz del club podía expresarse cuando toda la prensa le hizo el boicot a la institución buscando desestabilizarla e impedir ese logro deportivo.
Era fundador del grupo partidario que llevaba el nombre de su mentor, otro gran defensor aurinegro desde fuera de las lineas del campo: Carlos Balsán.
En la
actualidad se desempeñaba como presidente de la comisión administradora del museo del club instalado en
nuestra sede. Nada mas adecuado a su capacidad.
En la noche
de ayer, a los 74 años, un infarto fulminante nos privó de su presencia. Hemos
perdido un gran conocedor de la historia de Peñarol, un escritor exquisito, un
orador formidable, un defensor inclaudicable pero sobre todas las cosas hemos
perdido un gran peñarolense.
Para
recordarlo seguiremos la filosofía que Él nos enseñó con sus propias palabras.
"PEÑAROL
NO ES COSA DE VIDA O MUERTE, ES MUCHO MAS QUE ESO".
Que
descanse en paz y desde donde esté, se emocione con cada gol y cada conquista
como nos enseñó a disfrutar a todos los manyas.