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sábado, 25 de junio de 2016

El campeonato más extraño.



Fui a ver a Peñarol por primera vez en el año 1977. Fue una de las pocas veces en que mi padre me pudo llevar al estadio, antes de quedar condenado a la silla de ruedas donde pasó los últimos 25 años de su vida. Pero aun así no dejé de ir a ver al aurinegro. Porque mi abuela (que no era de Peñarol sino de Liverpool) tomó la posta de ser quien me llevaba a los partidos. En ese lapso tuve la suerte de ver campeón a Peñarol muchas veces. Lo vi campeón de América y del Mundo y varias veces campeón uruguayo, antes y después del quinquenio.  Y en tantos años de vueltas carboneras, este ha sido el campeonato más extraño.

Porque este equipo no convenció nunca, ni en el Apertura ni en el Clausura, ni con Bengoechea, ni con Da Silva. Nunca dio esa sensación de seguridad que debe dar un campeón y ni que hablar, nunca mostró un patrón de juego definido. Ni siquiera podemos recordar un partido entero donde Peñarol haya jugado bien. Apenas ¾ del partido contra un pobrísimo Defensor en el Clausura. Una situación que ha llevado a cuestionarse cuánto de mérito propio tiene esta consagración y cuánto de falla en los rivales.

Se ha dado una situación inédita en tantos años de seguir al aurinegro. Que luego de todo un año, no exista un equipo base y que los cambios hayan sido permanentes de un partido al otro. Se ha dado el hecho infrecuente que las mejorías en el juego, los goles y las victorias, han venido desde el banco de suplentes. Pero cuando esos mismos jugadores han sido titulares, no han repetido su actuación y otra vez las soluciones han llegado del banco, por parte de los mismos jugadores que habían perdido la titularidad.

Han sido varios los jugadores que han estado por debajo de lo esperado. Empezando por Forlán que llegó como la gran apuesta a ser el conductor y líder futbolístico del equipo. Es verdad que fue el goleador (8 tantos) y líder en asistencias (12) en la temporada. Pero jamás fue ese conductor que esperábamos y pocas veces resultó desequilibrante. Apenas en ocasiones como el encuentro ante Liverpool en el Apertura y Defensor en el Clausura. También es cierto que en muchos encuentros, nuestro único argumento ofensivo fueron sus remates desde fuera del área. Fue importante para conseguir el campeonato, pero no tan decisivo como puede y debe ser.

Pero no fue el único. También estuvieron por debajo de su nivel Zalayeta y Piriz en el Apertura, Aguiar en el Clausura e Ifrán, todo el año. Hasta el vasquito Aguirregaray, que a esta altura es una especie de amuleto de los peñaroles campeones, no llegó nunca al nivel que puede dar (y aun así le alcanzó para ser de los mejores). Costa es otro de los futbolistas que no estuvo a la altura de lo que podíamos esperar y Freitas llegó lesionado y prácticamente no jugó. Misma situación para Luque. Valdés y Guillermo tuvieron enormes problemas y no repitieron las actuaciones que les conocíamos. Tampoco se terminaron de estabilizar jugadores como Hernán Novick, Diogo, Palacios, Albarracín y Maximiliano Rodríguez. Finalmente algunos no mostraron nunca nivel para ser jugadores de Peñarol como los casos de Rodales y Affonso.

Lo mejor de Peñarol estuvo en la consolidación de algunos de sus juveniles como Guruceaga, Valverde y Nández y la aparición de algún otro como Rossi. En la regularidad de un Maximiliano Olivera al que la aurinegra le queda pintada. Y en la capacidad goleadora de un Murillo a quien, siempre que le dejaron una pelota bien jugada, la mandó a guardar. Ni que hablar del temple, la fuerza, la personalidad y hasta el gol decisivo del clásico de un Marcel Novick que es el símbolo de lo que queremos en un campo cada vez que alguien se pone nuestros colores.

Resulta muy difícil explicar racionalmente a este equipo campeón. Fue campeón por la razón del artillero, hizo más puntos que los demás y nada más. Fueron más las veces que nos fuimos preocupados del estadio de las que nos fuimos contentos, muchas más.

Pero a fuerza de ser sincero, eso no importa ahora. Porque Peñarol es el campeón y de un campeonato muy especial. Porque es el quincuagésimo de nuestra historia y cuesta hacerse a la idea de lo que significa haber dado 50 vueltas olímpicas. Porque es el año de la inauguración de la nueva casa, aunque el trofeo se haya alzado en el viejo y queridísimo Centenario. Porque es un logro que nos ha costado demasiado en las últimas dos décadas tornándose mucho más infrecuente que en la época de nuestra infancia.

Sería hipócrita decir que no estamos contentos. Sería también mentira decir que no estamos preocupados. Porque hay que hacer un nuevo equipo para intentar retener este campeonato y competir con posibilidades en las copas internacionales. Pero ese será tema de otro análisis.

Hoy disfrutamos de este uruguayo 50 tan importante y tan extraño, conseguido con tanto esfuerzo e incertidumbre, pero nuestro. Hoy saludamos a esos jugadores que han añadido su nombre en la enorme lista de campeones y forjadores de la historia más grande del Campeón del Siglo.

miércoles, 22 de junio de 2016

50 campeonatos certificados



En la tarde de hoy, en las instalaciones del museo del fútbol del estadio Centenario, integrantes de la Comisión de Historia de Compromiso y Acción Peñarolense, presentaron documentos que acreditan inequívocamente que el campeonato uruguayo conseguido en los últimos días es el quincuagésimo de la historia de nuestra institución.

Hace algún tiempo que sabíamos de esta iniciativa si se conseguía el logro, gracias a Agustín Charreau integrante de esta comisión con el que pudimos trabar contacto. Era un secreto a voces entre un grupo de peñarolenses que se venía esta presentación.

Lo interesante es que, a diferencia de algún spot televisivo producto de algún trasnochado que no se basa en ningún testimonio auténtico y que resulta gratuitamente ofensivo para nuestro club, en esta presentación se mostraron documentos. Se mostraron resoluciones de organismos políticos, jurídicos y de conducción de futbol, reconocimientos de la propia AUF y hasta de nuestro tradicional adversario y documentos que certifican la veracidad de lo afirmado.

Durante años se han pretendido negar documentos emanados de las asambleas aurinegras, de la propia AUF, del Ministerio de Educación y Cultura y en el colmo de los colmos, hasta del seno de la propia institución que hoy pretende negar lo que antes reconocía. Esto ha llevado a una cultura del “no te metas” que produce aberraciones tales como que medios de comunicación no difundan la historia (que bien la conocen) o que la propia AUF haya eliminado sus sitios históricos para “no tomar partido”.

En consonancia con esto, nos causó gracia ver como en algunos medios de comunicación se intentó ya de plano restarle importancia a este acontecimiento. Se deslizó que no era un pronunciamiento institucional porque no estaba el presidente del club y no se hacía en el museo de Peñarol. Desconociendo con esto, que hoy había representantes de todas las corrientes políticas del club y personas que no pertenecen a ningún espacio político determinado, una señal evidente de la unidad del club detrás de este acto. Pero además no se hizo en el museo aurinegro porque no había mejor lugar que el museo del fútbol de la AUF para presentar documentos donde la misma AUF reconoce nuestros campeonatos.

También se intentó minimizar su importancia diciendo que esto no iba a terminar con la “polémica”. Habría que decirles a esos prestigiosos periodistas que no existe tal polémica. Es notorio y evidente cuándo se fundó Peñarol y cuantos campeonatos tiene. Pero por si no fuera notorio, existen los documentos que lo prueban y están a disposición de todos.

Por supuesto que no somos tan ingenuos como para pensar que con esto, los primates que repiten mentiras como loros van a reconocer que están equivocados. Lamentablemente, esta mentira se ha repetido durante demasiado tiempo y ya no importan los documentos, ni siquiera los argumentos porque están adoctrinados para negar todo y repiten falacias sin ningún respaldo como si fueran verdades reveladas.

En esto es responsable Peñarol institución que demoró demasiado tiempo en reaccionar y mostrar estos mismos documentos. Celebramos que finalmente esa posición de “laissez faire, laissez passer” que tuvo el club hasta ahora, esté cambiando. Entendámonos, Peñarol no tiene que demostrar nada y no necesita que nadie le reconozca lo que es suyo, está todo certificado en esos mismos documentos, creemos que la acción debe ir por otro lado. El objetivo debe ser que los simpatizantes aurinegros y la sociedad en general tengan conocimiento y acceso a esta documentación que les permita afirmar que quien niegue la verdad, no es ni más ni menos que un mentiroso.

Historias de nuestra historia nació por un impulso personal de defender nuestra historia, de no permitir que nadie la discuta ni la quiera empañar con falsedades. Un impulso individual del que no sabemos cuál haya podido ser el alcance. Empecé con esta prédica mucho antes de la existencia de internet y ver hoy que jóvenes como el mencionado Agustín Charreau defiende nuestra historia y la conoce mejor que yo mismo es un motivo de orgullo y satisfacción. Nos da la certeza que esa bandera no será arriada y que habrá nuevos combatientes en esa trinchera para defender nuestra historia.

Desde este espacio seguiremos apoyando todas las iniciativas que procuren que la verdad esté al alcance de todos y sea conocida por todos, de modo que nadie la pueda cuestionar con razonamientos falaces.

domingo, 12 de junio de 2016

50 VECES CAMPEON



Para Peñarol era la final. La oportunidad de cerrar todo hoy y quedarse con el campeonato 50. Para eso Da Silva contó con el regreso de Olivera al lateral izquierdo por el lesionado Diogo. Maximiliano Rodríguez también lesionado le dio lugar a la vuelta de Valverde. Sorprendiendo con la titularidad de Ifrán y la salida de Rossi.

Enfrente un equipo al que ya le hemos marcado las virtudes desde estas mismas páginas y al que no le pudimos ganar a lo largo de toda la temporada. Bien dirigido y con una columna vertebral armada y un juego definido. Un equipo que se basa en la movilidad y velocidad de sus jugadores y al que le habían convertido muy pocos goles. Plaza sabe a lo que juega, conoce sus virtudes y limitaciones y explota las primeras al tiempo que minimiza las segundas.

Peñarol desde lo futbolístico ha sido una incógnita. Sin haber encontrado nunca un patrón de juego, un esquema futbolístico y ni siquiera un equipo titular. Peñarol ha sido su principal enemigo en esta temporada. La camiseta aurinegra ha pesado toneladas durante todo el año. Pero es Peñarol.

El juez era Ferreyra, de nefasto recuerdo en el hincha carbonero porque él solo, nos dio vuelta un clásico validando un gol convertido con la mano y marcando una falta que no fue y que terminó en gol. Esta tarde, como para que nos olvidemos de él, volvió a perjudicar a Peñarol.

El encuentro arrancó con unos minutos de estudio donde el futbol de parte de ambos fue inexpresivo. Peñarol mejora después de los 10´y es en este lapso donde tiene su primer opción para convertir. Fue a los 16´ con un tiro libre de Forlán desde la izquierda mandado en forma de centro e Ifrán que gana en el primer palo y su cabezazo pasa cerca de la base del palo derecho del arquero Dawson.

Diez minutos después, a los 26 un remate desde afuera de Valverde que despeja Dawson abajo contra el palo derecho.

La más clara del aurinegro fue a los 33´ con un tiro libre de Forlán algo sesgado a la izquierda y el remate fuerte del 10 revienta el palo derecho de Dawson que no llegaba y en el rebote, no puede meterla Ifrán.

Plaza tuvo la primera a los 37´ con un remate desde lejos de Villoldo que baja rápidamente y Guruceaga consigue despejar abajo contra el palo izquierdo para mandar al córner.

Se fue el primer tiempo 0 a 0 con un Peñarol que jugó mejor y dispuso de las chances más claras para abrir el marcador pero pecó una vez más de deficiente definición.

Para el segundo tiempo Peñarol, empujado por la gente, arrancó jugando en campo enemigo pero exponiéndose al contragolpe que es el arma más importante de Plaza con la velocidad de sus delanteros.

La primera se da a los 16´ con un córner desde la izquierda que levanta Forlán, cerrado como siempre, tan cerrado que la pelota termina pegando en el travesaño.

Dos minutos después, a los 18,  una serie de rebotes en el área aurinegra que no consigue despejar la defensa, termina con un remate de Rivero que pasa apenas afuera contra el palo derecho.

A los 23´ un despeje de la zaga coloniense le queda Forlán en la media luna que saca el remate que pasa apenas ancho contra el palo derecho de Dawson.

Un minuto después llega el gol de Plaza. Se da con una arrancada de Dibble por la derecha va hasta el fondo, toca al medio para que Rivero la alargue y por el segundo palo ingresa el ex aurinegro Furia para tocar la pelota y ponerla pegada a la base del palo derecho marcando la apertura.

Ganaba Plaza y se venía la noche para el aurinegro y Da Silva saca a Nandez (injustamente amonestado) para poner a Affonso.

Un minuto después del gol de Plaza pudo empatar el carbonero con una pelota que mete Forlán para Rossi que entraba por el medio del área y consigue tocar la pelota pero atrapa bien Dawson.

Sobre los 33´lo pudo liquidar Plaza cuando se va solo Dibble por izquierda, encara a Guillermo Rodríguez que nunca alcanza a cerrarlo y saca el remate cruzado que se pierde afuera contra el palo izquierdo.

El empate llega un minuto después. Un pase largo de Forlán desde nuestro campo. Murillo se va como puntero izquierdo y mete el centro al medio que anticipa Rossi en el primer palo para vencer la resistencia de Dawson y marcar el empate. La única vez que Peñarol desbordó por la punta, consiguió marcar el tanto.

A los 37´  Dibble se vuelve a ir por izquierda y mete la pelota al medio y el toque de Milesi se pierde afuera contra el palo derecho.

A esa altura ya se había lesionado el vikingo y Peñarol se había quedado sin marca en el medio, pero Plaza no lo aprovechó como cabía esperar.

El tiempo reglamentario se fue con ese 1 a 1 y resultaba preocupante encarar un alargue con un equipo que no se ha caracterizado por el rendimiento físico y que no tenía marca en el medio.

Comenzó el alargue y ya la minuto pudo marcar el aurinegro cuando Aguirregaray remata desde afuera y la pelota le queda a Affonso de espaldas al arco, gira y saca el remate que contiene Dawson.

En ese primer chico, tuvo más la pelota el equipo de Colonia, buscando los espacios para meter ese zarpazo que le permitiera liquidar el partido y aprovechando que Peñarol quedó solo con Costa en el medio. Por suerte, no los encontró.

Al minuto de comenzar el segundo chico se da una incidencia que terminará resultando decisiva. Se va expulsado el zaguero Ferreira por un codazo sobre Affonso y Peñarol lo aprovechó.

Porque a los 3´ Forlán levanta un córner desde la izquierda, por fin abierto y cabecea Olivera para que la pelota se meta contra el palo derecho de Dawson marcando el segundo tanto.

Y rápidamente pegó de nuevo el carbonero. Porque a los 6´ se va el vasco Aguirregaray por derecha y se lleva la pelota ante dos defensas consiguiendo tocar al medio por donde entraba Affonso que enfrenta al arquero y lo bate con remate rasante que supera el esfuerzo de Dawson y marca el tercer tanto que sellaba el partido y el campeonato.

Debió ser por más porque a los 11´del segundo chico lo bajan a Aguirregaray dentro del área y Ferreyra marca tiro libre fuera del área. Otra vez este nefasto personaje perjudica a Peñarol y lo decimos hoy en un momento de victoria y en un penal que no cambiaba nada, pero no por eso deja de ser una jugada capital donde se nos perjudica una vez más.

PEÑAROL ES EL CAMPEON URUGUAYO y confieso que en 39 años que sigo al carbonero nunca ganamos un campeonato tan extraño como este. Pero eso será tema para el análisis tranquilo en la semana. Hoy es momento de festejar un campeonato tan importante porque es el quincuagésimo en la historia del club. Festejar como no pudimos hacerlo en la cancha porque no nos dejaron los mismos de siempre y no pudimos ver la vuelta de Peñarol. Hoy es momento de festejar con el grito sagrado de cuando éramos chicos y festejábamos con los viejos.

PEÑAROL CAMPEON! PEÑAROL NOMÁ!

sábado, 4 de junio de 2016

Más preocupados que felices



Peñarol jugaba por hacer un punto que le permitiera ganar la tabla anual y encarar la final ante Plaza. Con un ojo puesto también en el Parque Central donde el cuadrito del barrio que nací y del que eran mis abuelos, se jugaba la permanencia.

En esa política de Da Silva tan errática que hace que un jugador que es titular en un partido, no sea ni convocado al siguiente y vuelva a la titularidad al próximo, Rossi volvía a ser titular, saliendo Aguiar. El otro cambio la entrada de Diogo por el suspendido Maximiliano Olivera.

Enfrente un Juventud bien trabajado por Giordano y que ya nos complicó bastante en el apertura donde de no ser porque el hermano de Alonso tiene la cabeza torcida, nos hubiera costado muy caro.

Y Peñarol volvió a jugar un pésimo primer tiempo donde volvieron a aparecer todas las falencias de este equipo, la fragilidad anímica, la falta de líderes futbolísticos, el nulo juego colectivo, aliado además a dos flagelos que también nos han perseguido en todo el campeonato: la mala suerte y los errores de los jueces.

Porque en un partido que empezó feo, entreverado, deslucido, el error arbitral apareció ya a los 6´ cuando viene un centro desde la derecha y lo toman claramente de la camiseta a Murillo dentro del área para derribarlo. Ni Ostojich ni el línea vieron nada. Otra vez parecen ciegos cuando las jugadas son en el ataque de Peñarol.

El gol de juventud llega a los 11´ cuando otra vez toman mal parada a nuestra defensa y Vargas le gana en velocidad a Guillermo y toca la pelota ante la salida de Guruceaga y la pelota se mete suave contra la base del palo derecho. 1 a 0 Juventud y Peñarol volvió a ser el saco de nervios que nos tiene acostumbrados.

Sobre los 13´ un córner de Forlán desde la derecha y la pelota le queda en el segundo palo a Guillermo que remata mal muy arriba de horizontal.

Y ahí apareció de nuevo la mala suerte que persigue a este mediocre equipo. Se lesiona Maximiliano Rodríguez, que inexplicablemente no quiere salir y sigue durante 12´ en cancha en una pierna hasta que finalmente sale subrogado por Hernán Novick quien se tironea justo antes del final del primer tiempo. Dos jugadores lesionados antes del entretiempo. La mala suerte que se suma a todos los males de este equipo.

Antes, a los 22´ pudo ser el segundo de Juventud con un toque de Reyes para Vargas que recibe dentro del área y saca el remate de media vuelta que Guruceaga vuela para despejar contra el palo izquierdo.

Peñarol culminó otro primer tiempo de terror, donde no generó nada, casi no remató al arco y no fue capaz de forzar ni una sola atajada de Carini. Por el contrario, fue un manojo de nervios, de desequilibrios defensivos que nos expusieron a que Juventud nos matara de contragolpe, una máquina de meter centros frontales para que jugara tranquila la defensa rival.

El segundo tiempo no cambió demasiado, sobre todo teniendo en cuenta que quien entró por Hernán fue Ifrán. El encuentro siguió teniendo las mismas características, con un Juventud que esperaba, tapaba los caminos a su arco y buscaba aprovechar los enormes espacios que dejaba la desesperación aurinegra.

A los 14´ un tiro libre de Reyes desde la derecha se va arriba del horizontal.

Sobre los 24´ un remate débil de Forlán desde afuera que contiene Carini sin problemas.

El empate aurinegro llega a los 31´ en una jugada donde finalmente se inspiraron nuestros jugadores. La inicia Forlán con un toque a Ifrán que juega atrás para Valverde, la devolución del juvenil e Ifrán que toca para Murillo que para la pelota dentro del área y la coloca contra el palo derecho de Carini para marcar el empate que nos terminó dando la anual.

Sobre los 35´ de nuevo se hace presente la mala fortuna cuando Diogo se lesiona solo y tiene que salir del campo con un Peñarol ya sin cambios y que debió afrontar más de 10´ con un jugador menos y que hizo que el equipo terminara siendo un híbrido táctico con Ifrán jugando como lateral izquierdo.

Peñarol empató y esta vez alcanzó, porque además Liverpool se salvó del descenso derrotando a Nacional 2 a 0 a pesar de que otra vez le volvieron a dar al tricolor un penal que no fue. Pero nadie quedo alegre en el Centenario. Porque la actuación carbonera fue hondamente preocupante. Un equipo que volvió a mostrar todas las carencias que ya le conocemos y que tanto nos han irritado en toda esta temporada.

Peñarol se quedó con la anual y el síntoma más significativo es que ningún hincha se siente contento por eso. Si nos decían antes del campeonato que Peñarol quedaría primero en la anual y jugaría con ventaja las finales, todos firmábamos con los ojos cerrados. Sin embargo hoy estamos todos preocupados y el equipo se fue silbado con razón. El técnico parece perdido, los jugadores confundidos, la hinchada irritada, los dirigentes se señalan unos a otros. Un panorama oscuro para enfrentar la final ante un muy buen equipo como es Plaza. Para empeorar, los tres que salieron lesionados hoy están descartados para esa finalísima.

Hoy estamos a un paso de ser campeones uruguayos y obtener nuestra estrella 50 y sin embargo no tenemos la menor confianza en este equipo y estamos hondamente preocupados. Hoy me quedé más contento con el cuadro de mis abuelos que con el campeón del siglo. Señal de lo malo que ha sido todo esto.