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miércoles, 28 de septiembre de 2016

125 AÑOS DE GLORIA



Cuando llega esta fecha sagrada, todos los años hablamos sobre las mismas cosas. Hablamos de la historia, de los orígenes, de las grandes hazañas. Pero este año queremos hablar del presente. Porque no es cualquier aniversario. Pocas instituciones del mundo tan grandes como Peñarol pueden jactarse de celebrar su 125º cumpleaños con la salud que la nuestra lo hace.

Porque este no ha sido cualquier año. Sin dejar de lado el complicado momento deportivo presente, Peñarol es el actual campeón uruguayo. Pero no ganó un campeonato más. Peñarol obtuvo el torneo número 50 de su historia transformándose en uno de los pocos equipos en el mundo que han alcanzado un logro semejante. Un logro que probablemente no hemos valorado como merece ni hemos festejado de la forma que debíamos porque la propia vorágine actual nos sumergió rápidamente en la disputa de otro campeonato.

Pero además en este año del 125 aniversario, el club inauguró su nueva casa. Una obra monumental que solo Peñarol podía llevar adelante en este país. Un estadio moderno, funcional, con características muy por encima de lo que estábamos acostumbrados en nuestros escenarios. El primer estadio del Uruguay construido de acuerdo a las especificaciones de los organismos rectores del mundo en materia deportiva. Un lugar donde 40.000 fieles tienen cabida en el mágico ritual de asistir a un partido de Peñarol. Un estadio que ha conquistado a todos, incluso a aquellos, como quien escribe estas líneas, que no lo considerábamos como una prioridad.

Este aniversario nos encuentra con un plano deportivo complicado pero siendo los actuales campeones, con una masa societaria cercana a los cien mil socios y con un estadio que nada tiene que envidiarle a los mejores del continente. Este Peñarol en sus sanos 125 años de vida, proyecta una institución hacia el futuro que esté en condiciones de continuar con nuestra gloriosa historia y el legado de aquellos 118 fundadores del 28 de setiembre de 1891. Fueron ellos los que dieron el aliento inicial a este monstruo deportivo mundial que hoy ostenta 3 copas del mundo, 5 continentales y 50 locales.

En este 125 aniversario, Peñarol yo te saludo, pero no por lo que fuiste sino por lo que sos y lo que aun serás. Te saludo por todo lo que me diste y lo que aún me darás en los años que me queden. Por cada gol que mi hiciste gritar abrazado con mi viejo y cada gol que grite alzando los brazos al cielo desde que ya no está.

Porque como dice el himno del campeón del siglo “vos sos mi vida y religión y yo te venero”.

FELIZ CUMPLEAÑOS, MANYA QUERIDO!

domingo, 25 de septiembre de 2016

Los mismos errores



Peñarol salió al campo del Centenario estrenando una camiseta alternativa con uno de los diseños más lindos que haya utilizado en los últimos tiempos. Una reminiscencia histórica a nuestros orígenes con la insignia del CURCC sobre la derecha, continuando con los festejos del 125º aniversario que comenzaron con la 5K ya tradicional y que se extenderá en lo largo de la semana con el punto culminante el 28 de setiembre.

Da Silva tenía claro que otra pérdida de puntos lo dejaría sin cargo y que en el mejor de los casos, su cargo tenía fecha de caducidad máxima en diciembre.  Consciente de eso, arrancó con 5 cambios para jugar ante Juventud. Alguno de ellos eran los que muchos hinchas requeríamos y por un lado es bueno que el técnico se haya dado cuenta. Por el otro genera algo de desconfianza el hecho de que nuevamente, como sucedió en el campeonato anterior, el orientador no tenga clara cuál debe ser equipo titular lo que también ha repercutido en el funcionamiento.

Los cambios: La vuelta de Bressan en la zaga por Perg, el regreso de Mathías Rodríguez al lateral izquierdo por Rodales, cambios en el medio con el ingreso de Nandez y el debut de Guzmán Pereira por Ángel Rodríguez y Hernán y la vuelta de Murillo por Gastón Rodríguez.

Enfrente un Juventud bien dirigido por Giordano y que venía invicto igual que Boston River la semana pasada. Con algunos ex aurinegros como Carini y Macaluso.

Pero los cambios no le dieron resultado al técnico. En el medio, porque dejó a Costa como 5 y mandó a Nandez como puntero derecho.  En defensa, porque desde el primer momento Peñarol fue un tembladeral justamente en la zona donde hasta ahora se había mostrado más firme. Ya a los 4´ Bressan pierde una pelota y el remate del jugador de Juventud agarra adelantado a Guruceaga  que con gran esfuerzo consigue mandar al córner.

A los 17´ llega el gol de Juventud en otro horror de nuestra defensa. Saca Carini desde el arco, Valdez pierde en el salto y la pelota la toma Vargas que con un toque se saca de encima a Bressan que reacciona tarde y define tocando la pelota ante la salida de Guruceaga para que se metiera suave contra el palo izquierdo.

De ahí en más se vio el mismo Peñarol de estos últimos tiempos, tanto en la cancha como en la tribuna. Adentro un equipo al que le pesa enormemente la responsabilidad. Afuera una parcialidad que ya no soporta más el juego del equipo y muestra toda su disconformidad.

El encuentro era raro porque la pelota la tenía Peñarol y jugaba en campo rival, pero no generaba esa chance clara para convertir y  cometía errores en defensa que lo dejaban expuesto a recibir un tanto en cualquier momento.

Sobre los 21´ un remate trabado de Dibble se va por encima del horizontal al córner.

A los 24´ un toque de Arias para Dibble por izquierda, engancha hacia adentro y saca el remate que se va apenas afuera contra el palo derecho de Carini.

Otro remate de Dibble a los 31´ desde fuera de área que se va por encima del horizontal.

La más clara para el aurinegro fue a los 35´ con un tiro libre desde la derecha mandando en foma de centro por Mathías Rodríguez, lo peina Guzmán Pereira y la pelota se eleva, supera a Carini y revienta el travesaño.

La última fue para Juventud a los 37´ cuando falla Guruceaga en una salida por hacer una demás y pierde la pelota que consigue recuperar arrojándose hacia adelante y el árbitro sanciona falta de ataque.

Peñarol se retiró silbado ya en el primer tiempo y con un oscuro panorama por delante para el complemento que terminó confirmándose.

Lo primero del segundo tiempo es un codazo de Macaluso en la cara de Dibble a los 8´ que el árbitro Rojas sanciona como falta pero ni siquiera amonesta cuando ameritaba la tarjeta homónima de su apellido. Pero no sería el único error de Rojas.

Da Silva decide aumentar el desconcierto táctico que era Peñarol dándole ingreso a Hernán Novick por Mathías Rodríguez, mandando a Nandez al lateral derecho y a Alex Silva al izquierdo con pierna cambiada. Una muestra más de la desorientación monumental que tiene nuestro entrenador.

A los 17´ centro de Hernán y cabezazo de Valdez en el segundo palo que se pierde apenas afuera contra el palo derecho.

Sobre los 25´ se va Varela por derecha aprovechando la falta de pierna izquierda de Silva con un jugadón con enganche y pisada incluidos y saca el remate que rechaza Guruceaga.

Un minuto después un centro desde la derecha, la baja Arias de cabeza y un remate en tijera de Gastón Rodríguez que propicia una enorme atajada de Carini, abajo contra la base del palo derecho.

A los 31´ Dibble se le va a dos marcadores entrando por izquierda mente el centro y el cabezazo forzado de Arias se pierde por encima de horizontal rozando el cuerpo de un zaguero. Rojas dio saque de meta.

Un minuto después, sube Alex Silva por izquierda toca para Hernán que se mete al área y cuando encara hacia el arco, lo baja Macaluso poniéndole un brazo en la espalda. Otra vez Rojas no marca nada.

Sobre los 38´ un gran pase en profundidad de Costa para Hernán que ingresa al área por izquierda, mete el toque al medio y son tres los jugadores que con el arco libre no consiguen tocarla para marcar el empate.

Ya sobre la hora un centro desde la derecha, pifia la defensa y otra vez Carini se arroja abajo para despejar la pelota contra la base del palo izquierdo.

Perdió Peñarol y perdió por una multiplicidad de factores. Cayó porque Da Silva armó mal el equipo poniendo a Nandez de puntero derecho y a Costa de 5 y porque hizo mal los cambios agregando desconcierto. Por momentos los jugadores aurinegros no sabían de qué jugaban, dónde estaban parados ni lo que tenían que hacer.

Perdió Peñarol porque jugó muy mal, porque nuevamente los jugadores sintieron la presión de la tribuna y fueron un manojo de nervios y no supieron, una vez más, superar la adversidad de recibir un tanto en contra.

Perdió Peñarol porque tampoco tuvo el mínimo de fortuna indispensable. Que ni Arias, ni Nandez, ni Boselli pudieran tocar una pelota de frente al arco y sin arquero es muestra más que evidente.

Perdió Peñarol porque una vez más fue perjudicado por el arbitraje con un Rojas que no expulsó a Macaluso (de hecho ni siquiera lo amonestó) por un codazo en la cara de Dibble. Pero además no sancionó un empujón dentro del área  del mismo Macaluso a Novick poniéndole el brazo en la espalda.

Se fue el primer tercio del campeonato especial y Peñarol hizo 5 puntos de 15 posibles. Huelgan los comentarios. Mientras escribimos estas líneas, probablemente Da Silva esté renunciando, sería lo mínimo que podría hacer y no nos pone contentos. Porque otra vez Peñarol estará a la deriva en medio de un campeonato con un técnico que no escogió al plantel. Seguimos repitiendo los mismos errores y no aprendemos nada.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Una nueva decepción



Era un partido histórico, porque era la primera vez que Peñarol se enfrentaba oficialmente a Boston River. Un equipo fundado en 1939 (cuando ya el aurinegro pisaba sus 50 años de vida y tenía a sus espaldas la disputa de 38 campeonatos uruguayos). Este solo hecho daba muestra cabal de las diferencias entre uno y otro. Porque Boston River está disputando por primera vez el torneo de primera división, ese mismo que Peñarol ha ganado 50 veces.

En el equipo del ciclotímico Da Silva, volvía el capitán Valdez en lugar del juvenil Quintana. Alex Silva al lateral derecho por Rodales pero no salió de equipo sino que paso a jugar por izquierda con perfil cambiado por Mathías Rodríguez . Mantuvo el resto del equipo con Dibble y Hernán como volantes y doble punta de lanza con Arias y Gastón pese a que no había dado demasiado resultado. Sinceramente no nos gustó la formación inicial.

Enfrente una verdadera incógnita pero que había impresionado bien en sus primeros encuentros, invicto y cosechando más puntos de lo que cabía esperar. Con algún jugador de trayectoria como el ex aurinegro Berbia, Scotti o Robert Flores y con un goleador que firmó alguna vez por Peñarol pero no jugó (igual que Cepellini que también está en Boston)  como es Federico Rodríguez y que hoy no pudo ser de la partida. Con un técnico inteligente como Apud que trajo a Liverpool de la B aunque no lo dejaron dirigir en primera.

Vimos mejor a Boston River en el comienzo, presionando en campo mirasol, jugando la pelota con rapidez, sobre todo por el sector izquierdo de su ataque y generando algunos córners y un cierre fundamental de Perg en el área chica.

Pero fue Peñarol el primero que tuvo una clara, precisamente a través de un córner. Fue a los 14´ con un córner desde la derecha de Hernán Novick y por detrás de Valdez entra Perg que cabecea de lleno y la pelota sale como un misil para reventar el travesaño cuando nada podía hacer Berbia.

Un minuto después, otra para el aurinegro a través de un centro desde la derecha de Alex Silva para el cabezazo de Junior Arias que pica junto a la base del palo izquierdo.

Pero de nuevo tomó el control del juego el equipo debutante, ahora explotando el sector derecho de su ataque (izquierdo de nuestra defensa) donde subía Rodales pero dejaba una estancia libre para que atacara el rival y que obligó a un par cortes extremos, el primero de Perg con falta que le mereció amarilla bien sacada y otro de Guruceaga jugándose la ropa para despejar.

Sobre los 33´ un remate desde afuera de Fratta que sale rozando el ángulo superior izquierdo de Guruceaga que volaba pero no llegaba.

Responde Peñarol un minuto después con un toque al medio de Hernán para Gastón Rodríguez que remata desde la media luna y la pelota pasa cerca del palo izquierdo de Berbia.

La última fue a los 44´ con otro toque de Novick para Dibble que saca el remate desde fuera del área y vuela Berbia para despejar al córner. Lo tira Novick desde la derecha y otra vez Perg entra por detrás de Valdez y mete el cabezazo limpio que es despejado por Álvarez que estaba parado sobre la línea contra el parante izquierdo. El rebote le queda a Arias que remata afuera contra el palo derecho.

Fue un curioso primer tiempo, porque dejó mucha mejor impresión el juego de Boston River con buen toque de pelota, desmarques, movimiento y velocidad, pero las opciones más claras para convertir las tuvo el mirasol.

El segundo tiempo fue aún peor para el equipo aurinegro, porque al menos en el primer tiempo tuvo chances claras de convertir y una vez el palo y otra un jugador en la línea fueron los que lo evitaron, en el segundo tiempo no hubo un remate al arco con criterio.

Prácticamente la única clara que tuvo Peñarol en el segundo tiempo fue a los 13´ con un centro desde la izquierda de Arias para Gastón Rodríguez que entraba solo por derecha, la baja de pecho y define mal mandándola lejos afuera. De todos modos no hubiera importado que definiera bien porque el línea cobraba un offside inexistente.

En esos minutos parecía inclinar la cancha el aurinegro pero sin crear situaciones claras, casi siempre mal definidas por remates desviados (fundamentalmente por parte de Novick). Los cambios tampoco ayudaron (Murillo por Gastón, Albarracín por Hernán y Ávalos por Arias) y Peñarol fue jugando cada vez menos.

Y Boston River volvió a hacerse dueño de la pelota y del campo y estuvo más cerca de convertir. Sobre los 23´ un remate de Foliados apenas afuera contra la base del palo izquierdo.

A los 25´ un remate de Álvarez desde el vértice derecho del área que despeja Guruceaga al córner.

Sobre los 38´ otro remate de Scotti desde afuera que pasar muy cerca por encima del horizontal.

Peñarol volvió a jugar muy mal y se fue merecidamente silbado. Empató pura y exclusivamente porque a Boston River la faltó alguien que la metiera adentro (no jugaron ni su goleador Federico Rodríguez, ni Facundo Rodríguez a préstamo de Peñarol).

No sabemos cómo va a reaccionar el frágil Da Silva ante esta nueva decepción. Estamos en contra de los cambios de técnico en medio de un campeonato, pero evidentemente este Peñarol necesita algún revulsivo que les haga entender lo que reclamaba hoy la tribuna “que están jugando en Peñarol”.

Ahora vendrán dos salidas complicadas a Colonia para enfrentar a Plaza y a Jardines ante Danubio, será que este Peñarol tiene el carácter para traerse puntos?. De todas maneras, parece ya tarde en este campeonato tan corto.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Muy cuesta arriba



Peñarol  jugaba una de las 13 finales que le quedaban obligado a ganar como lo impone siempre un campeonato tan corto donde además ya se habían dejado puntos por el camino. Enfrente, un equipo que nos ha complicado la vida siempre (no es de ahora, recordar la época del quinquenio cuando nos ganaron ambos partidos), pero más aun últimamente. Prueba de esto es que varios de sus jugadores hoy están en nuestras filas. Actualmente son 4 en el plantel (Albarracín. Guzmán Pereira, Alex Silva y Gastón Rodríguez) y pudieron ser 6 de no mediar la intempestiva salida de Maxi  Olivera determinada por la codicia insaciable de su representante y la lesión de Maxi Rodríguez.

En contrapartida el bohemio tenía unos cuantos que pasaron por el tradicional adversario como el arquero Burián, Nacho González y el chapa Blanco. En el once inicial de Da Silva un solo cambio, obligado por la lesión de Bressan sustituido por el juvenil Quintana.

Y desde los primeros minutos impresionó mejor lo de Wanderers que se paró bien atrás, manejó la pelota y creó situaciones para convertir, ayudado por un Peñarol que no se mostró firme atrás y nunca le dio buen destino final al balón.

Así, antes del minuto llegó la primera posibilidad de convertir para el equipo del prado. Un centro cruzado desde la derecha de Blanco, Rivero que entra solo y sin marca por el segundo palo y saca el remate de primera que se pierde arriba del horizontal cuando parecía que llegaba la apertura.

A los 17´ otro remate de Rivero, pifia Costa (debe ser el jugador con más mala suerte en Peñarol en los últimos tiempos) hace que la pelota se eleve y pase apenas arriba del horizontal cuando ya no podía hacer nada Guruceaga.

La primera de Peñarol es a los 22´ con un tiro libre frontal de Novick que Burián consigue mandar al córner por encima del horizontal en buena estirada.

Sobre los 33´ un pase al medio de Rivero que remata Blanco en buen esfuerzo y la pelota pasa a centímetros de la base de palo izquierdo de Guruceaga.

A los 35´ un tiro libre desde la derecha permite el cabezazo de Nacho González que se va apenas arriba del horizontal.

Peñarol apenas si respondió a los 39´ con un córner que despeja la defensa, la toma Costa y mete el centro para que Arias ensaye una chilena que se pierde arriba del horizontal.

La última del primer tiempo fue para el aurinegro a los 41´ con un tiro libre desde la derecha de Mathías Rodríguez que manda en forma de centro pero nadie consigue tocarla y la pelota se pierde apenas afuera contra el palo derecho de un Burián que se quedaba parado.

Peñarol fue superado en el primer tiempo como no lo había sido en este inicio de temporada (incluyendo los partidos de la sudamericana). No repitió  el buen juego ni el dominio territorial que había exhibido en los encuentros anteriores, no generó casi chances de convertir y tampoco se mostró firme en defensa donde Wanderers explotó bien nuestras falencias y ganó el mediocampo.

Para el segundo tiempo, Da Silva manda a la cancha a Alex Silva por Mathías Rodríguez que estaba amonestado pasando a Rodales a la izquierda y entra Nández por Novick para intentar recuperar el medio. Peñarol mejoró con estos cambios pero esa mejoría se fue diluyendo con el paso de los minutos.

La primera para el carbonero fue a los 8´ con un toque atrás de Dibble para Ángel Rodríguez que recibe fuera del área y saca el zapatazo que supera a Burián y revienta el travesaño.

Pero a partir de los 20´ es otra vez el bohemio quien recupera el control del juego ante un Peñarol cada vez más nervioso, apurado, apremiado por la tribuna y al que parece hacerle mal jugar con hinchada porque no sabe y no puede manejar adecuadamente la presión.

La primera para Wanderers fue justamente a los 20´ cuando se va Castro por derecha, deja parado a Rodales y mete la pelota al medio para Rivero que solo en el área chica, sin arquero y con todo el arco a su disposición, le pega mal y la manda afuera contra el palo izquierdo. Confieso que hace años que no veía errar un gol de esa manera.

Cinco minutos después un tiro libre frontal de Gómez que se pierde apenas afuera contra el palo derecho de Guruceaga.

Un minuto después, a los 26´ una pelota puesta en profundidad para Castro que entra solo por el medio y toca por arriba ante la salida de Guruceaga y despeja Perg cuando entraba en el arco.

Apenas si responde tímidamente Nandez a los 28´ con un remate desde la media luna que se va demasiado arriba.

A los 40´ llega el gol de Wanderers. Una pelota que pierde infantilmente Dibble en el medio, se la lleva Castro que toca para Ignacio González, que engancha y saca el remate que termina pegando en  Quintana y la pelota se desvía para superar a Guruceaga y meterse mansa en el arco de la Guelfi. Un gol con mucha fortuna pero que marcaba la justicia en el partido.

De ahí en más, a nadie le quedo dudas que se perdían los 3 puntos. Apenas si hubo una chance pasada la hora cuando Murillo mete una pelota para Quintana que había quedado como puntero izquierdo y el juvenil toca ante la salida del arquero y despeja la defensa cuando se metía la pelota.

Ganó Wanderers y ganó bien, porque de haber un ganador no cabía otro que el equipo bohemio. Peñarol vuelve a dejar puntos y ha perdido 5 de los 9 que ha disputado y deja muy cuesta arriba el camino en este campeonato tan corto pero deja también a su técnico en la cuerda floja. Porque el equipo no mejora, no convierte goles y sigue siendo un equipo que no es capaz de manejar la presión de la tribuna y del paso de los minutos.