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domingo, 23 de octubre de 2016

Puntos suspensivos



Peñarol volvía al Centenario y a jugar ante su público. Con el regreso del brasileño Bressan por Perg, repitiendo el resto del equipo. Enfrentando a un Rampla que cambio de técnico en la semana y llegaba con muchos problemas.

El partido arranco entreverado y la primera para el mirasol fue a los 3´ con una jugada por izquierda donde Albarracín se lleva la pelota, traba, viene un remate que rebota en un zaguero (nos pareció que fue en la mano y pudo cobrarse penal, pero siendo Ferreyra el árbitro era difícil con sus antecedentes) y le queda a Junior Arias que convierte pero es anulado por offside (éste si bien cobrado).

Responde Rampla a los 10´ con un centro desde la izquierda que cabecea solo Gissi en el primer palo y la pelota se va apenas afuera contra el palo derecho de Guruceaga.

La última de Peñarol en el primer tiempo fue a los 12´ (si, en todo el resto del segundo tiempo no generó nada más peligroso que córners) con un córner desde la derecha, remata Albarracín a la puerta del área y no consigue tocar Bressan por poco.

De ahí en más, se empezó a animar Rampla arrimándose cada vez con más peligro al área aurinegra. La primera a los 15´ con un pase largo para Gissi que entra solo, saca el remate que consigue despejar Guruceaga con el cuerpo, le queda el rebote al argentino que vuelve a rematar y despeja Valdez sobre la línea.

A los 36´ un toque de Leites para Rigoletto que saca el remate en el área chica y contiene Guruceaga. Rampla avisaba de lo que venía.

El gol llega a los 38´ con ataque por el medio y el pase final para Gissi que entra solo sin que pueda pararlo Valdez que lo corrió de atrás y saca el remate colocado contra el palo derecho de Guruceaga para marcar la apertura.

Y así se fue el primer tiempo con una incertidumbre total. La del equipo dentro de la cancha que generó muy poco, fue un tembladeral en defensa y pareció involucionar de lo poco que había mostrado hace una semana. Y la incertidumbre afuera, porque antes de terminar el primer tiempo se conoció la noticia de que había un herido de bala en la Ámsterdam y se evaluaba si se continuaría o no el encuentro.

Poco después se supo que se suspendía el partido y todo quedaba en el aire. Y está perfecto que se haya suspendido. Era una locura continuar jugando en ese ambiente cuando se sabía que había al menos un arma en el estadio que no se había incautado y sin saber cuántas más podría haber.

Y acá todos deben asumir la responsabilidad que les compete. En primer lugar los hijos de puta que van a la tribuna de Peñarol y que no son hinchas de Peñarol y nos han hecho perder más puntos (y campeonatos) que todos los rivales juntos.

En segundo lugar, los dirigentes de nuestro club que de una vez por todas tienen que exigir que se den las garantías para jugar los encuentros y tomar las medidas que se deben con aquellos delincuentes que se camuflan en nuestra hinchada. Y si Peñarol no debe jugar más hasta que existan esas garantías, que así sea.

Y sobre todo deben asumir la responsabilidad aquellos que tienen a su cuidado y por mandato constitucional, la seguridad pública. Es hora que de una vez por todas el Ministerio del Interior (a través de la policía) asuma la tarea que les asigna el orden constitucional de la República y para la cual se les paga el sueldo. Es inconcebible que se sigan lavando las manos y responsabilizando a los cuadros de futbol de una tarea que es esencialmente suya. No se puede continuar tolerando que la ineptitud, la negligencia y la desidia de toda a la estructura del Ministerio (desde el Ministro para abajo) no se pueda concurrir a un espectáculo deportivo sin las mínimas garantías.

No se trata de que Peñarol no tenga responsabilidad, la tiene, pero Peñarol hace tiempo que viene denunciando y solicitando a la policía que haga los controles que debe hacer y destine los efectivos que debe destinar para estas ocasiones. Primero no quisieron entrar más a las tribunas, luego no quisieron hacer más los cacheos antes del ingreso a la tribuna, dentro de poco no van a querer salir de las comisarías a la hora de los partidos. Peñarol está pidiendo ayuda para combatir un problema que se le escapa de las manos y para el cual no está capacitado y nadie le ha hecho el menor caso.

Pero seguramente el único que pague será Peñarol. Peñarol institución y sus hinchas sanos que son la inmensa mayoría serán los que paguen con pérdida de puntos. Porque ningún policía, ni ningún jerarca ni mucho menos un Ministro o un Juez perderán sus cargos y los giles seguirán siendo los hinchas sanos.

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