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viernes, 14 de octubre de 2016

Crónica de una muerte anunciada

La famosa novela de García Márquez le da un título que le cae como anillo al dedo a la salida de Da Silva de Peñarol. Acaso alguien tenía la menor duda de que esto terminaba así? Da Silva no contaba con la confianza de los dirigentes, ni con la de la hinchada y mucho más grave, no contaba con la confianza de sus propios jugadores.

Da Silva jamás se logró sentir cómodo como entrenador de Peñarol. Ya el fin de su primer ciclo lo demuestra. Haberse retirado aduciendo las críticas de la tribuna y los dirigentes evidenciaba que no tiene la personalidad necesaria para ser el técnico de Peñarol. Lo dijimos a su regreso ( http://manyahistoriasdenuestrahistoria.blogspot.com.uy/2016/01/por-la-vuelta.html ) que ojalá hubiera aprendido aquello que se necesitaba para salir adelante en el universo Peñarol. Evidentemente no fue así.

Da Silva jamás logró encontrar su equipo. Ni el en clausura anterior donde el equipo jugó rematadamente mal y terminó salvando la temporada gracias a la renta adquirida por el tan criticado Pablo Bengoechea. Mucho menos en este campeonato especial donde, con todos los jugadores que pidió, nunca hizo siquiera un partido aceptable. Eliminado en la primera ronda de la Sudamericana por el modestísimo Sportivo Luqueño, sin chances de campeonato en apenas 6 fechas de este campeonato de cabotaje, el destino del técnico no podía ser otro.

Es más, creemos que no debió seguir luego del encuentro con Wanderers cuando amagó renunciar. Ahí ya se hizo evidente que Da Silva no tenía el temple ni la convicción necesaria para sacar el equipo adelante y fue lo que siguió mostrando en los partidos posteriores. Se perdió tiempo y una vez más, quien salió perjudicado fue Peñarol.

Ahora habrá que avocarse a la designación del nuevo profesional que nos conduzca en el 2017. Desde estas páginas hemos expresado ya que nuestro candidato es Almada. Pero para que esa gestión pueda tener éxito hay dos cosas que deben darse. La primera es que se le permita trabajar como quiera, sin imposiciones ni lineamientos marcados por el club. La segunda, que TODOS tengamos la paciencia necesaria para entender que como entrenador que llega debe hacer su camino y aprender lo que es este mundo Peñarol, tan propenso a devorarse a los profesionales que llegan sin un paso anterior por el club.

Se dice que el numero uno lo tiene el argentino Ariel Holan a quien apenas conocemos, Recordamos alguna entrevista cuando era técnico de la seleccion de hockey de Uruguay pero sinceramente desconocemos su trabajo. De todos modos, los conceptos expresados, también valdrían para este caso. Igual seremos claros: no nos genera tanta expectativa como Almada.

Será momento de decisiones y de esas que definen el futuro. Del acierto o el error depende buena parte del futuro inmediato del club en su faz deportiva. Esperemos que quienes tienen que tomar esa decisión estén iluminados y puedan dejar sus consideraciones de lado para pensar en Peñarol.

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