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sábado, 10 de septiembre de 2016

Muy cuesta arriba



Peñarol  jugaba una de las 13 finales que le quedaban obligado a ganar como lo impone siempre un campeonato tan corto donde además ya se habían dejado puntos por el camino. Enfrente, un equipo que nos ha complicado la vida siempre (no es de ahora, recordar la época del quinquenio cuando nos ganaron ambos partidos), pero más aun últimamente. Prueba de esto es que varios de sus jugadores hoy están en nuestras filas. Actualmente son 4 en el plantel (Albarracín. Guzmán Pereira, Alex Silva y Gastón Rodríguez) y pudieron ser 6 de no mediar la intempestiva salida de Maxi  Olivera determinada por la codicia insaciable de su representante y la lesión de Maxi Rodríguez.

En contrapartida el bohemio tenía unos cuantos que pasaron por el tradicional adversario como el arquero Burián, Nacho González y el chapa Blanco. En el once inicial de Da Silva un solo cambio, obligado por la lesión de Bressan sustituido por el juvenil Quintana.

Y desde los primeros minutos impresionó mejor lo de Wanderers que se paró bien atrás, manejó la pelota y creó situaciones para convertir, ayudado por un Peñarol que no se mostró firme atrás y nunca le dio buen destino final al balón.

Así, antes del minuto llegó la primera posibilidad de convertir para el equipo del prado. Un centro cruzado desde la derecha de Blanco, Rivero que entra solo y sin marca por el segundo palo y saca el remate de primera que se pierde arriba del horizontal cuando parecía que llegaba la apertura.

A los 17´ otro remate de Rivero, pifia Costa (debe ser el jugador con más mala suerte en Peñarol en los últimos tiempos) hace que la pelota se eleve y pase apenas arriba del horizontal cuando ya no podía hacer nada Guruceaga.

La primera de Peñarol es a los 22´ con un tiro libre frontal de Novick que Burián consigue mandar al córner por encima del horizontal en buena estirada.

Sobre los 33´ un pase al medio de Rivero que remata Blanco en buen esfuerzo y la pelota pasa a centímetros de la base de palo izquierdo de Guruceaga.

A los 35´ un tiro libre desde la derecha permite el cabezazo de Nacho González que se va apenas arriba del horizontal.

Peñarol apenas si respondió a los 39´ con un córner que despeja la defensa, la toma Costa y mete el centro para que Arias ensaye una chilena que se pierde arriba del horizontal.

La última del primer tiempo fue para el aurinegro a los 41´ con un tiro libre desde la derecha de Mathías Rodríguez que manda en forma de centro pero nadie consigue tocarla y la pelota se pierde apenas afuera contra el palo derecho de un Burián que se quedaba parado.

Peñarol fue superado en el primer tiempo como no lo había sido en este inicio de temporada (incluyendo los partidos de la sudamericana). No repitió  el buen juego ni el dominio territorial que había exhibido en los encuentros anteriores, no generó casi chances de convertir y tampoco se mostró firme en defensa donde Wanderers explotó bien nuestras falencias y ganó el mediocampo.

Para el segundo tiempo, Da Silva manda a la cancha a Alex Silva por Mathías Rodríguez que estaba amonestado pasando a Rodales a la izquierda y entra Nández por Novick para intentar recuperar el medio. Peñarol mejoró con estos cambios pero esa mejoría se fue diluyendo con el paso de los minutos.

La primera para el carbonero fue a los 8´ con un toque atrás de Dibble para Ángel Rodríguez que recibe fuera del área y saca el zapatazo que supera a Burián y revienta el travesaño.

Pero a partir de los 20´ es otra vez el bohemio quien recupera el control del juego ante un Peñarol cada vez más nervioso, apurado, apremiado por la tribuna y al que parece hacerle mal jugar con hinchada porque no sabe y no puede manejar adecuadamente la presión.

La primera para Wanderers fue justamente a los 20´ cuando se va Castro por derecha, deja parado a Rodales y mete la pelota al medio para Rivero que solo en el área chica, sin arquero y con todo el arco a su disposición, le pega mal y la manda afuera contra el palo izquierdo. Confieso que hace años que no veía errar un gol de esa manera.

Cinco minutos después un tiro libre frontal de Gómez que se pierde apenas afuera contra el palo derecho de Guruceaga.

Un minuto después, a los 26´ una pelota puesta en profundidad para Castro que entra solo por el medio y toca por arriba ante la salida de Guruceaga y despeja Perg cuando entraba en el arco.

Apenas si responde tímidamente Nandez a los 28´ con un remate desde la media luna que se va demasiado arriba.

A los 40´ llega el gol de Wanderers. Una pelota que pierde infantilmente Dibble en el medio, se la lleva Castro que toca para Ignacio González, que engancha y saca el remate que termina pegando en  Quintana y la pelota se desvía para superar a Guruceaga y meterse mansa en el arco de la Guelfi. Un gol con mucha fortuna pero que marcaba la justicia en el partido.

De ahí en más, a nadie le quedo dudas que se perdían los 3 puntos. Apenas si hubo una chance pasada la hora cuando Murillo mete una pelota para Quintana que había quedado como puntero izquierdo y el juvenil toca ante la salida del arquero y despeja la defensa cuando se metía la pelota.

Ganó Wanderers y ganó bien, porque de haber un ganador no cabía otro que el equipo bohemio. Peñarol vuelve a dejar puntos y ha perdido 5 de los 9 que ha disputado y deja muy cuesta arriba el camino en este campeonato tan corto pero deja también a su técnico en la cuerda floja. Porque el equipo no mejora, no convierte goles y sigue siendo un equipo que no es capaz de manejar la presión de la tribuna y del paso de los minutos.

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