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viernes, 26 de junio de 2015

El último gran ídolo



Siempre digo que mi mayor ídolo fue Fernando Morena porque tuve la suerte de verlo jugar, pero además porque tuve la inmensa fortuna de tener la edad suficiente para acordarme. Tenía 6 años cuando lo vi jugar por primera vez, en 1977 cuando el nando era Dios para la hinchada aurinegra. Por eso con 10 años, en el 81, invertí 14 pesos en la colecta de los hinchas para traerlo de nuevo y me pagó con una Libertadores y una Intercontinental. Fue la mejor inversión de mi vida.

A que voy con esto? A que yo le preguntaba a mi viejo, que vio la fuga del 49, como podía ser que Míguez fuera mejor que Morena? y hoy me doy cuenta que la idolatría va por generación. Nuestro ídolo es aquel crack que pudimos ver jugar de niños y lo disfrutamos por tanto tiempo en nuestro club, domingo a domingo como para podernos acordar de él.

Por eso mi ídolo fue Morena y el de mi viejo el cotorra. Por eso los menores que yo lo tienen a Bengoechea como máximo referente y los aún más chicos al Tony. Todos son ídolos y no son comparables entre ellos porque esa categoría es subjetiva.

Pacheco es el último gran ídolo aurinegro y me pregunto cuánto tiempo más habrá que esperar para poder tener en Peñarol otro referente de su calibre. Por la dinámica de futbol actual, nuestros jugadores se van cuando apenas empiezan a mostrar sus talentos y solo regresan cuando sus carreras están ya en el declive (para el caso más reciente está el ejemplo de Forlán).

Por eso Pacheco será, a mi entender, el último gran ídolo de Peñarol al que podamos disfrutar por tanto tiempo. Ojalá me equivoque, pero siento que pasarán muchos años para que otro jugador de su talento pueda jugar en Peñarol los años suficientes para tornarse en ídolo.

Quería otro final para el Tony pero de lo que no tengo dudas es que a partir de hoy, los hinchas de Peñarol empezaremos a olvidar convenientemente esta última etapa para acordarnos de todo lo que nos dio, de tantas alegrías, de tantos goles, de tantas vueltas.

A partir de hoy la camiseta número 8 pasará a quedar por siempre identificada con él,  como la 9 lo está con el nando y la 10 con el profesor.

A partir de hoy habrá banderas con su rostro, con su camiseta y con sus colores en las tribunas.

A partir de hoy nos empezaremos a olvidar convenientemente de que no se fue en 2013 cuando se tenía que ir y lo empezaremos a extrañar. A partir de hoy comienza la leyenda, porque no hay como el paso del tiempo y la nostalgia para transformar a los ídolos en seres míticos.

A partir de hoy empezamos a formar parte de aquellos que en unos años vamos a decir: “la puta, como jugaba el Tony!”.

miércoles, 24 de junio de 2015

GRACIAS TONY



Finalmente la directiva de Peñarol resolvió por unanimidad no renovarle el contrato a Antonio Pacheco. Ante este hecho, se impone el dicho tradicional que más que nunca ha popularizado en nuestro país un conocido relator que lo usa como muletilla permanente: “Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”.

Una cosa es que Pacheco es el último gran ídolo de Peñarol. Pacheco es 8 veces campeón uruguayo con Peñarol, pero además con participación decisiva con goles en finales, partidos clásicos y siendo goleador del campeonato en un par de ocasiones. Es además el jugador que más clásicos ha disputado en la historia. Pero además ha tenido una identificación innegable con el club y su hinchada, siendo el actual capitán aurinegro. Nadie puede discutir esto ni restarle mérito.

Otra cosa es que el tiempo pasa inexorablemente para todos y Pacheco ya tiene 39 años.  Ya no está en condiciones físicas para ser titular en el equipo aurinegro. Su rendimiento, sobre todo físico, pero también futbolístico, ha decrecido notoriamente a lo largo de las últimas temporadas. Su aporte al equipo ha sido prácticamente nulo en esta última campaña y ha comenzado a ser resistido por buena parte de esa hinchada que le idolatraba.

El regreso de Pacheco desde Wanderers constituyó prácticamente una película épica. Fracturado en su primer partido, parecía lógico que no volviera a jugar. No solo volvió a hacerlo sino que contribuyó con un singularísimo aporte al equipo convirtiendo en el clásico y marcando los 3 tantos en la final. Si Pacheco se hubiera retirado en ese momento, hoy sería Pelé.

Lamentablemente Pacheco decidió seguir jugando y se expuso a este final que hoy se concreta. No tenía que terminar así. Es lamentable para todos. Para el club que lo vio nacer y lo hizo su capitán. Para los hinchas que lo vimos jugar y tanto nos hizo disfrutar. Y sobre todo para el propio Pacheco que merecía otra cosa.

No tenía que ser así, Tony. Merecías mucho más y nosotros también. Como hincha de Peñarol, solo puedo agradecer tanto que nos diste. Tantas alegrías, tantos goles, tantos campeonatos. Con esa sonrisa eterna , con ese comportamiento ejemplar dentro y fuera de la cancha, con esa lengua mostrada con alegría después de cada tanto. Por tantas alegrías clásicas, golazos de enorme calidad, por tantas vueltas olímpicas. Un simple pero enorme GRACIAS.

Los hinchas que te queremos bien, nos vamos a quedar con eso y nos olvidaremos de esta salida que no está a la altura de tu calidad y de tanto que le aportaste a la historia del más grande de este país. Sos de Peñarol porque sos hincha como cualquiera de nosotros y eso es algo que te acompañará por el resto de tus días.

GRACIAS TONY Y HASTA SIEMPRE.

viernes, 19 de junio de 2015

Peñarol, primero siempre



Primer campeón de América 1960

19 de junio, otro aniversario en la riquisima historia del Club Atlético Peñarol. La primera vez que un equipo de este continente alzaba una copa Continental. Como no podria ser de otra manera, ese fue Peñarol. Siempre marcando el camino para quienes vienen detrás.

Para no reiterarnos en conceptos y aburrir a quien nos pueda leer con lo mismos datos, dejamos el enlace a la nota correspondiente.


SALUD CAMPEONES!!!





Esta pelicula ya la vimos

Pasada la calentura del fin de semana, se impone nuevamente un análisis. Al cierre de la temporada pasada decíamos que no había que tenerle miedo a las palabras y que el ciclo había constituido un claro fracaso. Lamentablemente debemos reiterar ese concepto. Una temporada donde volvimos a tener 3 técnicos, difícilmente pueda considerarse un éxito.

Para Peñarol, no ser campeón uruguayo es un fracaso. Es cierto que a diferencia de la temporada anterior, en esta se consiguió la clasificación a la Copa Libertadores, pero es muy poco para conformarse con eso y al menos desde estas páginas, no consideramos eso como un mérito sino como una obligación. Es verdad que luego del nefasto Apertura, la clasificación a la Copa estaba complicada e igualmente se logró. Lo reconocemos, pero no nos alcanza.

Luego de la renuncia de Fosatti y el interinato de Montero, vino el tema de las elecciones. Apareció la figura de Aguirre haciendo campaña por Damiani y asegurando que sería el técnico si ganaba esta opción. Estaba todo arreglado para que Aguirre fuera el técnico plenipotenciario para hacer y deshacer a su antojo. Pero Damiani ganó sin mayorías y la oposición (con buen criterio) cuestionó esta suerte de “super poderes” que se pretendía otorgar al técnico.

Cuando ya se había anunciado con bombos y platillos la contratación de Aguirre, éste se echó atrás con la excusa de que no tenía unanimidad en el consejo directivo (que técnico la consigue?). Pero no necesito “unanimidad” para irse a dirigir al Inter de Porto Alegre cuando no era la primera opción en ese equipo sino que fue contratado después de no poder acordar con otros 3 profesionales que estaban antes en la consideración de la directiva gaúcha (con acento porque no es gaucha). Por supuesto, el sueldo que gana en el Inter no es comparable al que ganaría en Peñarol. No es de extrañar este desenlace para quienes tenemos memoria y recordamos como fue la última salida de Aguirre del banco de Peñarol.

Ahí llegó el manotazo de ahogado. Apelar a un ídolo de la hinchada, con “espalda” para bancar las críticas y la desilusión de muchos por la no concreción de Aguirre. Bengoechea es, en lo personal, nuestro último gran ídolo. No decimos que es el mayor porque tuvimos la suerte de ver jugar a Morena. Desde estas páginas pedimos que Bengoechea no fuera el técnico, que no se quemara a un ídolo de Peñarol y se tuviera en cuenta la poca memoria de nuestra hinchada. Que no se volviera a realizar un nuevo experimento como habían sido los de Alonso, Gonçalves y Montero.

Por otra parte, nos parecía que Pablo no reunía aún los pergaminos necesarios para calzarse el buzo de entrenador carbonero. Algunos hechos de su gestión, nos hacen reforzar esta presunción.

Bengoechea decidió utilizar este semestre para “probar” el plantel. Pidió las mínimas contrataciones (Urretavizcaya, el pollo Olivera, Aguiar) y se arregló con lo que tenía. Cualquiera que hubiera seguido a Peñarol sabía que este plantel ya estaba más que probado. Era el mismo que se venía devorando un técnico tras otro y que había quedado a 17 puntos de su tradicional rival y comprometido seriamente la chance, no solo del campeonato, sino de la clasificación a la Libertadores.

Probando, perdió dos clásicos de verano, que podrá decirse que no son trascendentes. Que se lo digan a Matosas, Saraleguy y Gonçalves, todos cesados por causa de los famosos “clásicos de verano”

En cuanto al equipo, tomó decisiones comprometidas como dejar afuera a Nandez porque no lo iba a tener en hipotéticas finales (primero había que forzarlas y ese era el objetivo inicial más urgente). Pero terminó improvisando a Viera como volante y de todos modos Nandez tuvo que saltar a la cancha en el clásico definitorio, después de haber jugado 48 hs antes y haber viajado un día entero. No hubiera sido mejor utilizarlo todo el campeonato?.

No encontró jamás un jugador adecuado para desempeñarse en el lateral derecho. Tanto Rodales, Albín, como Sandoval (colocado por el técnico cuando ya había comprobado su ineptitud para el puesto en forma reiterada) tuvieron rendimientos decepcionantes. Pero eso no puede sorprender a nadie que conozca el plantel aurinegro. Sin embargo, el técnico no pidió un lateral derecho (tampoco lo buscó en las formativas).

Se insistió con Píriz solo en la marca. Un jugador que recupera tantas pelotas como pierde. Hizo muchos goles, es cierto, pero nunca pudo cumplir su función principal de dar solidez al medio campo porque se lo dejó solo para colocar a Aguiar. Aguiar nos parece un jugador estupendamente dotado, pero infelizmente se mostró falto de forma durante todo el campeonato. Eso, sumado al descontrol táctico del japo Rodríguez y la edad natural de Zalayeta y Pacheco que nos les permite rendir 90´, hizo de Peñarol un equipo muy vulnerable.

El tema Pacheco es un tema aparte. Nuestro capitán ya no está para jugar de titular. Lamentablemente, el único que parece no haberse dado cuenta de eso, es nuestro técnico. Pacheco es un cambio cantado porque no aguanta los 90´. Lo mismo pasa con Zalayeta y Aguiar (que los aguantan pero pierden eficacia) por lo cual Peñarol está condenado a quedarse sin cambios y dejar jugadores disminuidos físicamente en el cierre de los partidos. Esto se notó a lo largo del campeonato y fue especialmente decisivo en la final.

En los clásicos, Peñarol fue claramente superado, sobre todo en el último y los resultados fueron en realidad mejores de lo esperable a la luz de lo visto en la cancha.

Bengoechea dijo que “la cancha mandaba” pero no fue coherente con ese pensamiento. Siguió colocando a Pacheco cuando demostró que no estaba para jugar. Sacó a Leyes cuando había empezado a encontrar su juego y los goles. Insistió con Sandoval de lateral que nos ha costado más de un partido desde que llegó. Dejo afuera a Nandez y lo fue a buscar en el peor momento. Coloco a Diogo en la final cuando la cabeza del jugador estaba en otra parte (termino jugando pésimo y cometiendo un penal). Su esquema obligó a Zalayeta a jugar los 90´ de casi todos los partidos, cuando era obvio que necesitaba otra protección. Todas decisiones que hacen pensar que no es el técnico que necesita este momento del club.

Ganó el Clausura (más por ineficacia de los rivales, que por aciertos propios), logro una clasificación a Copa que estaba muy difícil, pero Peñarol jugó muy mal y perdió claramente la final a pesar del score apretado.

La situación institucional tampoco ayuda. Todos los grupos que participaron de las elecciones estaban de acuerdo en que era imprescindible re estructurar la gerencia deportiva. Sin embargo, dejaron pasar otros 6 meses para hacerlo, manteniendo en el cargo a Carlos Sánchez (de probada ineficacia para la función) que además se quería ir desde el momento que no se concretó la llegada de Aguirre.

Todos sabemos cuál ha sido el panorama institucional en los últimos años. Han pasado jugadores, técnicos, gerentes deportivos y hasta dirigentes, lo único que no ha cambiado ha sido el presidente. Este descontrol y falta de logros lo ha tenido como común denominador. Sin embargo, tenemos asegurada su presencia hasta el próximo mandato.

Cierto es también que las opciones electorales opositoras a Damiani no lograron ganarse la confianza de los socios y sus propuestas parecieron incluso mas limitadas que las del oficialismo. No ha surgido una figura capaz de hacerle frente al actual presidente y generar la confianza suficiente como para capatar los votos del electorado. Un panorama electoral flaquisimo donde la mayoría de los socios acabamos optando por la solucion "menos mala" y no por la mejor como debería ser.

Ahora vendrá la inauguración del estadio y también llega Forlán y habrá Copa Libertadores, pero los problemas estructurales de la institución seguirán siendo los mismos. Bengoechea va a seguir y si no logra buenos resultados seguramente luego del apertura (o quizás antes) ya tengamos un nuevo técnico. Porque seguimos repitiendo los mismos errores y esta película ya la vimos todos.
    

lunes, 15 de junio de 2015

ESTO NO ES PEÑAROL

Me tienen podrido. Completa y definitivamente podrido. Estos imbéciles no son hinchas de Peñarol. A estos delincuentes les importa 3 caramelos Peñarol. Estos estúpidos (como si no estúpido se le llama a quien va contra sus propios intereses?) nos han hecho perder más puntos que cualquier rival dentro de la cancha.

Estoy cansado, aburrido, quemado contra esta barrita de energúmenos que me roban las ilusiones y la plata. Pago la cuota todos los meses porque amo a este club e intento ayudar desde donde puedo. Pago la entrada cuando no somos locales cuando voy a verlo. Me amargo cuando no ganamos. Todo para que estos tipos hagan más difíciles las cosas.

Se han caído todas las teorías de prevención. La policía se ha mostrado incapaz de identificarlos y cuando lo ha hecho, la incapacidad ha sido de los jueces de sacarlos de los estadios. Se nos dijo que priorizando la venta para socios  se reduciría la posibilidad de que gente como esta vaya al estadio. Error. Se nos ha dicho que colocando las entradas más caras se evitaba que esta gente las adquiriera. Error. Se ha llegado a jugar días de semana a la tarde para que esta gente no vaya. Error.

A la gente de bien, la que va con su familia, la que nunca tuvo un problema, se les ha complicado la vida de mil y una forma para asistir a un partido de fútbol, pero estas lacras siguen tan campantes.

Hace 37 años que sigo a Peñarol (tengo 43), me he comido momentos amarguísimos dentro de una cancha de fútbol, me he tenido que venir mil veces masticando bronca, pero jamás tuve un problema con otra persona por eso. No pretendo que me premien, no he hecho más que lo que se espera de una persona normal, acostumbrada a vivir en sociedad y coexistir con quienes piensan distinto. Lo que si pretendo es que no se me castigue porque la policía/poder judicial/dirigentes de clubes, son incapaces de acabar con una banda de delincuentes.

Luego que Migliore atajó el penal ayer, las posibilidades de que Peñarol pudiera empatar eran muy escasas. Pero teníamos derecho a intentarlo! Nadie podía quitarnos ese derecho. Pues estos idiotas lo hicieron.

Pero no termina ahí, porque Peñarol va a ser sancionado en virtud del nuevo código de penas y puede correr peligro hasta la clasificación directa a la próxima Copa Libertadores. Aunque esto no pasara, seguramente nos serán descontados puntos que ganamos en la cancha y se nos impondrá una sanción de jugar a puertas cerradas. Seguramente una vez más, me quedaré afuera de algún partido por obra y gracia de esta gente.

Pensando en el futuro, cuanto puede durar habilitado el nuevo estadio de Peñarol con conductas como estas? De qué sirve el esfuerzo de las institución, de los socios que pagamos la cuota y de aquellos que compraron su lugar para tener un estadio propio?  Acaso alguien piensa que a estos tipos les importa algo la quita de puntos o las sanciones que nos puedan caber? Alguien continua siendo tan pueril de creer que la amenaza de sanción hará desistir a esta gente de estas conductas?

A los únicos que nos importa es a los verdaderos hinchas de Peñarol. Aquellos que nos alegramos y amargamos según sea el resultado del  fin de semana. Porqué terminamos pagando por una banda de delincuentes comunes? Porque terminamos siendo rehenes de la incapacidad policial, judicial y dirigencial? Estoy realmente podrido de esta situación. De pagar por cosas que no he hecho y además repudio. De ser estigmatizado por la prensa cuando ligeramente dice “la hinchada de Peñarol”.

SEÑORES, ESTO NO ES PEÑAROL!  Tenemos que entenderlo todos, empezando por nuestros dirigentes y que las autoridades también asuman su cuota parte de responsabilidad. La sociedad les paga su sueldo para que la protejan, para que prevengan los delitos y aseguren el cuidado de los bienes y el bienestar de las personas.  No será hora de que empiecen a pagar los responsables y no todos los demás?

domingo, 14 de junio de 2015

No alcanzó.



Bengoechea mandó al campo a “su” equipo, el que todos sabíamos que iba a colocar, con el regreso de los suspendidos Piriz y Diogo. Pero Peñarol jugó muy mal, superado desde el primer momento por Nacional, sin volumen de juego, sin encontrar la pelota, con rendimiento defensivo espantoso y una fragilidad alarmante por los laterales.

Por las bandas ganó siempre Nacional y por ahí generó las jugadas de peligro. Pero además ganó en todos los sectores del campo, ganó las divididas y tuvo siempre el control de la pelota y del juego.

Generó una sola jugada de peligro en todo el primer tiempo y fue a los 2´.  Un pase en profundidad de Pacheco para la entrada de Urretavizcaya por derecha, gana en velocidad pero llega muy exigido y define mal ante Munúa mandando la pelota afuera.

Nacional respondió en seguida, a los 4´ cuando Peñarol no consigue despejar la pelota de su área de forma eficiente (no consiguió hacerlo nunca) y la pelota le queda a De Pena que saca el remate que consigue rechazar Migliore con las manos hacia adelante.

A los 7´ otro remate de Romero, esta vez desde la izquierda y Migliore atrapa bien la pelota.

Pero a pesar de esas dos atajadas no piense el lector que Migliore se mostraba firme, muy por el contrario, el guardameta argentino generó una permanente sensación de inseguridad. Salió pésimo no menos de 3 veces durante ese primer tiempo y aumentó la confusión de nuestra defensa.

El primer gol llegó a los 19´ cuando se permite un centro desde la izquierda (Sandoval no paró a nadie) la baja Alonso en el segundo palo y entra solo por el medio del área Sebastián Fernández sin que lo siga nadie de Peñarol y en el área chica la toca para ponerla contra el palo derecho y vencer a Migliore. 1 a 0 absolutamente merecido.

Porque Peñarol no reaccionó nunca después de eso. Fue permanentemente desbordado por las bandas , no encontró la pelota en ningún momento, perdió todas las pelotas divididas, no generó ni una sola jugada de peligro.

Y así Nacional llegó al segundo, más por una falla nuestra que por un éxito de ellos. Porque Sandoval pierde una pelota en salida y la juegan rápido para Alonso que levanta para Barcia y Diogo lo baja dentro del área en claro penal bien sancionado.

Remata Alonso, abajo, contra la base del palo izquierdo de un Migliore que se queda parado. 2 a 0 y partido que parecía  liquidado.

El resto del primer tiempo transcurrió entre la mediocridad de un equipo aurinegro que no generó ni una sola jugada de gol y un Nacional que administró el juego, más sorprendido por lo poco que mostró Peñarol que por los aciertos propios.

Para el segundo tiempo, Bengoechea saca los dos laterales (esperemos sea la última vez que veamos a Sandoval con la camiseta aurinegra que le queda enorme) y coloca a Nandez y Leyes.

Peñarol no mejoró demasiado con eso, pero al menos tuvo más ganas dentro del campo.

Pero  de nuevo fue Nacional quien tuvo las mejores chances. A los 4´ un remate de Espino desde afuera del área, se va contra la base del caño izquierdo de Migliore.

A los 9´ un tiro libre desde la derecha mandado en forma de centro, vuelve a ganar Alonso bajándola atrás de cabeza y el remate de Polenta se pierde por encima del horizontal.

Pero a los 24´ llega el descuento mirasol. Un tiro libre desde el vértice izquierdo del área lo ejecuta Aguiar y, tal cual Bengoechea ante Brasil en el 95, la clava contra el palo derecho de Munúa que vuela pero no llega.

A pesar del descuento, siguió jugando mejor Nacional y las mejores chances continuaron siendo tricolores. Sobre los 37´ un remate de Prieto que se va por arriba del horizontal. Inmediatamente después, una pelota metida para Alonso, que arranca adelantado y la toca por encima de la salida de Migliore y se le va afuera.

A los 38´ el japo lo baja a Tabó que se iba por derecha y Bentancor le saca segunda amarilla dejando a Peñarol con 10.

Y cuando ya Nacional festejaba (Gutiérrez hasta había puesto a Recoba), Nandez pelea una pelota en el área, la mete atrás y cuando recogía Urreta, lo bajan dentro del área y Bentancor marca el penal. Lo remata magníficamente Aguiar, clavándola contra el ángulo superior derecho de Munúa.

Peñarol empataba en forma agónica con 10 hombres y forzaba el alargue.

Pero el esfuerzo había sido demasiado. Con un hombre menos, ya sin cambios, Zalayeta en una pierna, Migliore también sentido y Urretavizcaya cansado, Peñarol aguantó el primer chico: Apenas sobre los 10´ hubo un tiro libre frontal de Recoba que Migliore vuela para sacar contra el palo izquierdo.

Pero en el segundo chico se notaron las diferencias. A los 4´ un córner desde la derecha y Romero salta solo en el primer palo para meter la pelota contra el palo izquierdo de Migliore.

Ya era demasiado para el aurinegro que pudo ser peor a los 7´ cuando llega un contragolpe con Peñarol desarmado y la juegan a la izquierda por donde entraba solo Tabó, elude a Migliore y el arquero le mete un manotazo para derribarlo. Era penal y expulsión clara, pero Bentancor marca penal y saca solo amarilla.

Y ahí se acabó todo, porque los imbéciles de siempre a los que no les importa un caramelo Peñarol, no dejaron continuar el partido. Comenzaron a arrojar proyectiles al campo y después se trabaron en una batalla campal contra la policía durante más de 10 minutos. Ahí debió terminarse el partido.

Lo que pasó de ahí en más, sobró. Porque Bentancor en una decisión increíble, hizo patear el penal cuando ya habían pasado más de 10 minutos, lo atajó Migliore y el juez suspendió el encuentro.  Si lo iba a suspender, para que hizo tirar el penal?. Seamos claros, era dificilísimo que Peñarol lo pudiera empatar de nuevo, pero quedaban 5´ por lo menos. Lo lógico hubiera sido suspenderlo sin patear el penal. Claro lo pateó Recoba y se lo atajaron.

Peñarol regaló el primer tiempo, igual que contra Danubio que había sido nuestra derrota anterior. Luego empató agónicamente, a lo Peñarol, pero el esfuerzo fue demasiado.

Se termina otra temporada con fracaso. Este plantel volvió  decepcionar en el campeonato y Bengoechea (que se va a quedar) deberá trabajar enormemente  y armar un equipo nuevo porque muchos de estos jugadores, se tienen que ir.

Pero de nada servirá armar equipos, traer jugadores, construir el estadio, si estos imbéciles van a seguir amargándonos la fiesta. Cuánto durará el estadio nuevo habilitado con idiotas como estos?. Peñarol seguramente será sancionado para el año que viene por lo de hoy y bien sancionado además. Esperemos no llegue a la quita de puntos.

Se impone el análisis de otra temporada fracasada, pero ese análisis quedará para después, cuando se nos haya pasado la calentura que tenemos hoy.

sábado, 13 de junio de 2015

Pasar a la siguiente etapa.


Peñarol se juega la vida mañana. Es a un único partido. Es la última chance. Solo pensando de este modo, Peñarol podrá forzar una definición. Los jugadores, el técnico y todos nosotros debemos tener esto muy claro. Si entramos pensando que venimos mejor y que vamos a forzar la definición, nuestras posibilidades decrecen sensiblemente.

Que Peñarol viene mejor y ha hecho un mejor clausura que su rival no es discutible, es real. Que Nacional tiene la ventaja de poder cerrar todo en un solo partido, también es real.

Ambos equipos se sienten más cómodos con espacios y sufren cuando el rival los espera. La ventaja que tiene Nacional le permite especular con un juego de espera y contragolpe. Peñarol no puede apostar a eso. No digo que Peñarol tenga que salir a atacar desde el primer minuto, por el contrario, creo que buena parte del encuentro será de estudio, pero eventualmente, si la ventaja no llega, quien deberá modificar su postura, es el aurinegro.

Bengoechea apuesta por “su” equipo, el que ha definido y conformado a lo largo de estos meses. Más allá de las opiniones y críticas que le podamos hacer, nadie tiene dudas de cuál será la formación aurinegra que, salvo alguna molestia de último momento, está confirmada.

Nacional podrá contar finalmente con Pereiro y honestamente no estoy seguro que eso sea una ventaja para ellos. Dependerá de cómo llegue el jugador. Todos pensamos en un medio campo albo bien poblado (probablemente con Porras, Romero y Arismendi), la inclusión de Pereiro puede llegar a modificar eso.

Por su parte Peñarol tiene problemas en el medio, porque solo Piriz es apto en recuperación. Aguiar no colabora y eso hace que muchas veces el japo o hasta Pacheco terminen corriendo rivales en el medio y pierdan efectividad en su juego.

La defensa mirasol tampoco se ha mostrado demasiado firme. Valdez no está en su mejor nivel, Mac Eachen aún comete faltas innecesarias. Diogo no siente la marca y Sandoval es toda una incógnita (por ahí va a caer De Pena, que no jugó bien el clásico anterior, pero que si anda inspirado, puede complicar).

En defensa hay dos aspectos que resultaran medulares. En primer lugar, el control de Alonso. Nacional basa en su centro-delantero gran parte de su juego ofensivo. Quedó probado en el anterior clásico donde tuvo una sola y terminó en gol. Anularlo será tener la mitad del encuentro ganado.

El segundo aspecto es evitar al máximo las faltas cercanas a nuestra área. Sabido es que nuestro equipo toma la mayoría de los tantos por vía de la pelota quieta (ej reciente ante Racing). También en su momento, Gutiérrez puede colocar a Recoba y no hay que darle chance de remates francos.

En ofensiva Peñarol carece de un goleador definido por lo que depende mucho del juego asociativo de Pacheco, Zalayeta, el japo, Uretavizcaya (que no ha jugado bien los clásicos), Aguiar (otro que está en el debe) y la subida de Diogo y en menor medida, de Sandoval. De cómo se encuentren estos jugadores dependerá en gran parte nuestra posibilidad de hacernos con el partido.

Se nos ocurre que es razonable plantear la duda sobre en qué momento el juego de Pacheco nos puede resultar más útil. No cabe ninguna duda de que para Bengoechea, Pacheco es titular. Sabido es que no está para todo el partido. Será mejor colocarlo desde el inicio y que sea un cambio cantado o hacerlo entrar después con el rival cansado?. Es lógico que Pacheco no termine en cancha en un partido que puede definirse con alargue y penales?. En nuestra opinión Pacheco debería ser reservado para esa eventualidad. No solo es el mejor rematador de penales que tenemos, sino el único que prácticamente nos asegura un alto porcentaje de convertir. Es saludable no contar con esa carta?.

También Migliore resultara clave no solo por su actuación en los 90´ sino sobre todo, ante una eventual definición por penales. Nuestro arquero debera jugar un clásico sin errores y eventualmente, ser decisvo a la hora de la definición si queremos tener chance de tener dos partidos más.

Peñarol y su técnico deben jugar este partido con inteligencia. Dejar de lado el miedo a perder pero no enloquecerse al punto de que nos domine la ansiedad y salgamos a lo loco a buscar los goles. Eso vale también para la tribuna. Todos debemos entender que ESTE es el partido, sin este partido no hay nada más, pero en lugar de que eso nos genere presión, debemos canalizarla para jugar el encuentro de la manera que más nos convenga.

Por otra parte, si Peñarol se hace con el encuentro, le trasladará a Nacional un nerviosismo que deberán saber sobrellevar. Es verdad que ganar mañana no nos asegura aún el campeonato (la última vez que fuimos campeones, perdimos esta semi-final) pero dejará la ventaja de nuestro lado.

Todos pensábamos que iba a ser muy difícil lograr este campeonato y aun lo pensamos. Pero también entendíamos que la forma de pelearlo era ir por etapas. Ganamos el clausura, ahora la meta es este partido, nada más. De lograr la victoria podremos, entonces sí, pasar a la siguiente etapa.