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sábado, 28 de septiembre de 2013

Peñarol, el mundo del futbol te saluda.


En el día de hoy en su página digital la Conmebol saludó al Club Atlético Peñarol en su 122ª aniversario vertiendo conceptos que todo el mundo conoce y en los que todos coinciden.

Entre otras cosas dice el artículo del organismo rector del futbol sudamericano:

El Club Atlético Peñarol celebra un aniversario más de su fundación y es sin duda una de las instituciones más emblemáticas de América del Sur, por su trayectoria deportiva, logros y hazañas. Los carboneros de Montevideo, son referentes del fútbol en todo el mundo, a nivel de clubes.

Dicen las escrituras al respecto, que el 28 de setiembre de 1891, con la denominación Central  Uruguay Roiwal Cricket Club, se lanzó la semilla que habría de germinar concluyendo su nombre en el de Peñarol, un barrio en las afueras de la capital uruguaya.

Peñarol, es el primer Campeón de la Copa Libertadores de América, año 1960. El mismo título ganaría después en cuatro ocasiones más. Agregó a sus conquistas tres copas intercontinentales, referente obligado, por tamaña hazaña.

Los más grandes futbolistas uruguayos vistieron la casaca de Peñarol y mencionaremos a los integrantes del primer campeón de América como homenaje a todos aquellos, que muchos años antes, ya tejieron con hilos de oro la grandeza de Peñarol.

Un club grande, con sabor a pueblo, además de notables futbolistas, también tiene a excepcionales dirigentes, que detrás de las marquesinas, aportan sus ideas, su tiempo y sacrificio.

Es considerado como el club del Siglo XX. ¡¡¡49 veces fue campeón de la Asociación Uruguaya de Futbol!!! 

El Club Atlético Peñarol, es un gran constructor de hazañas, jerarquizando y exponiendo al mundo el valor del ser uruguayo,  el valor de Sudamérica, como continente.

Mencionar a Peñarol y su trayectoria llevaría mucho tiempo y espacio. Sin embargo, los clubes tan prestigiosos hablan por sí sólo. 

CONMEBOL.com, saluda a los miles de hinchas y a todos los directivos del Club Atlético Peñarol, un verdadero orgullo, de quienes lo aman y ejemplo para el fútbol como tal.”


Como hinchas aurinegros es imposible no sentirnos orgullosos por estas palabras, expresadas por personas que no comulgan con nuestra religión aurinegra. Los manyas caminamos orgullosos de nuestra tradición de gloria y grandeza, otros, frustrados por ser siempre los segundos en todo, se han creado un mundo en el que solo ellos creen y que nadie más reconoce.

Peñarol, el mundo del futbol te saluda como uno de los más grandes y más antiguos linajes de este deporte.
 
Felices 122 años, carbonero!

122 AÑOS DE GLORIA. FELIZ CUMPLEAÑOS PEÑAROL!



Cada vez que se acerca el 28 de septiembre me deleito en imaginar cómo hubiera sido ser testigo de aquella instancia.

Imagino a los directivos y empleados del ferrocarril, acabando su jornada en las oficinas o los talleres y dirigiéndose al local de la asamblea. Imagino los trajes de oficinista mezclándose con los monos de obrero, los sombreros de vestir misturados con las boinas, en un primer gesto democratizador que llegaría mucho más lejos de lo que los participantes de aquella jornada hubieran podido siquiera soñar.

Los imagino llegando al local en una de esas tarde-noches de principios de primavera donde el frío aún se hace sentir. Seguramente la sesión estuvo iluminada por lámparas de candil, puesto que si bien la electricidad ya había llegado al país, no eran muchos quienes podían presumir de contar con ella.

Seguramente el inglés y el castellano se mezclaron aquella tarde entre las paredes del local testigo de un hecho histórico sin par.

Quienes participaron en aquella asamblea, pensaban que solamente estaban creando una institución dedicada a la recreación y esparcimiento de los empleados de la empresa. Un club dedicado a “la práctica del sport” como se decía en las crónicas de la época. Deporte en su concepción de actividad amateur, con fines recreativos y rodeado de un espíritu caballeresco que hoy se ha perdido por completo.

La fundación de aquel club respondía a la idiosincrasia inglesa de recrear en los países donde llegaban, instituciones sociales, culturales y deportivas tomando como modelo aquellas que dejaban en Inglaterra.

Aquellos 118 fundadores, ingleses, criollos y hasta un alemán, estaban lejos de imaginar que la institución que ponían en marcha, se les iría de las manos y superaría cualquier previsión que hubieran podido tomar. Porque aquel club tenía un destino superior del de ser un simple vehículo para el esparcimiento de los empleados en sus horas libres. Aquel club estaba destinado a convertirse en el cuadro del pueblo.

Aquel club pronto tomó el nombre de la villa de la que era originario y para todos, hinchas, socios, directivos, jugadores, autoridades, rivales, periodistas y sobre todo para la gente, nunca fue otro que PEÑAROL.
 
Palabra mítica, sagrada, única, que nació de la nostalgia de un emigrante piamontés que al agregarla a su apellido, la haría conocida en el mundo entero.

El club que adoptó como insignia el amarillo y negro, heredados de “la Rocket” de Stephenson y que fueron desde entonces sinónimo del ferrocarril en el mundo entero.

Pero en qué caldo de cultivo se desarrolló este club?. Uruguay como país estaba viviendo un momento muy particular de su historia. Estaba saliendo del período político que se ha conocido como “el militarismo”, donde fue gobernado sucesivamente por los generales Lorenzo Latorre, Máximo Santos y Máximo Tajes (hasta 1890).

Durante ese período se puso especial énfasis en el desarrollo del país. Se consolida el centralismo montevideano para lo cual coadyuvaron la introducción del telégrafo y el ferrocarril, que hicieron cada vez más rápidos los movimientos de tropas que impidieron los alzamientos caudillistas que eran tan comunes en la época.

La población del Uruguay crecía a ritmo acelerado y sostenido, producto de una alta tasa de natalidad (como no volvimos a tener nunca en nuestra historia), los avances médicos que aumentaron las expectativas de vida y bajaron la mortalidad infantil y el aporte incesante de la inmigración europea. Hacia 1890 el 50 % de la población de Montevideo era nacida en Europa y con ellos llegaban conceptos como el espíritu de empresa, el ahorro y el deporte como actividad recreativa.

En la campaña se produce el fenómeno del “alambrado de los campos” que al tiempo que impide la mezcla de rebaños, dificulta el libre tránsito que irá marcando la paulatina desaparición de los gauchos y provocará la concentración de la población en las ciudades y el consiguiente cambio en los hábitos de trabajo.

Las industrias, las fábricas, los grandes depósitos, comienzan a ser siluetas habituales en el paisaje montevideano. Es el momento del auge de los saladeros, los inicios de la industria textil y la proliferación de comercios que ofrecían la mayor variedad de bienes de consumo.

Eran tiempos también de la reciente reforma vareliana y la progresiva pérdida del poder secular de la iglesia que desembocaría en la separación definitiva durante el gobierno de don José Batlle y Ordoñez.

En ese marco, las inversiones inglesas eran cuantiosas y diversificadas. Abarcaban ámbitos tan disímiles como el ferrocarril, el telégrafo, agua corriente, gas, teléfonos, tranvías, préstamos financieros y seguros. El factor que las une es que se trata de los sectores necesarios para el funcionamiento de un país moderno, en la concepción propia de fines del siglo XIX.

En 1890 Uruguay viviría su crisis financiera más importante hasta el 2002 que, entre otras cosas, provoca la quiebra del Banco Nacional (propiedad del catalán Emilio Reus) donde el estado tenía depositados gran parte de sus recursos y que desembocará en la creación de BROU y el BHU.

La ciudad donde nace Peñarol era una ciudad de contrastes. Era el Montevideo de los paseos de la elite social por la calle Sarandí y de las “excursiones” a las playas Ramírez y “de los Pocitos”, pero era también el Montevideo de la mano de obra infantil, las jornadas de 15 horas de trabajo y de los conventillos.

En este contexto nace Peñarol, con el modesto fin de ser un espacio de recreación para los empleados de una empresa inglesa enclavada en un rincón de Sudamérica. Apenas un intento de los ingleses de traer un poco de sus costumbres que apagara en algo su nostalgia. Y esa nostalgia inglesa que creara el club se unió  la nostalgia piamontesa que creó el nombre que quedaría grabado para siempre en el bronce de los tiempos: PEÑAROL.

Esas nostalgias se unirían desde el primer día con el espíritu y orgullo criollos que harían de Peñarol el cuadro del pueblo, el más ganador de este país y el campeón sudamericano del siglo XX declarado por Fifa.

Hoy en tu cumpleaños, manya querido, carbonero del alma, mirasol de mi vida, humildemente te saludo.

FELICES 122 AÑOS, CARBONERO!


jueves, 26 de septiembre de 2013

Somos todos, menos algunos.

En el día de hoy se dio a conocer el resultado de una encuesta del semanario Búsqueda, uno de los más importantes del país, encargada a la encuestadora Cifra, que revela que el 46 % de la población del Uruguay es hincha de Peñarol, mientras que el equipo que nos sigue en popularidad alcanza el 35 %.

Esto no hace más que reafirmar lo que todos sabemos desde siempre. Varias encuestas desarrolladas en diferentes momentos y por distintas consultoras, arrojan los mismos resultados. La encuesta de la empresa Factum en 2006 daba un porcentaje de 45 % de hinchas manyas. Por su parte la realizada por MPC Consultores en 2008 coincidía en el porcentaje y revelaba que Peñarol es el equipo más popular en 16 de los 19 departamentos del país.

Estos porcentajes se incrementan si excluimos a aquellas personas que manifiestan no simpatizar por ningún equipo. Podemos decir que entre las personas que se reconocen como simpatizantes del fútbol, los hinchas de Peñarol rondan el 52 %, mientras que el resto se reparte entre los diferentes equipos, siendo las distancias con respecto al segundo, favorables a Peñarol por un 11 a 12 %.

Lo interesante de esta nueva encuesta es ver como en todas las líneas consideradas (sexo, edad, nivel educativo, preferencia política) el resultado es siempre un mayor porcentaje de hinchas aurinegros. Incluso entre lo más jóvenes, que han vivido las etapas menos productivas del club en materia de títulos, la distancia entre carboneros y los demás se hace incluso más significativa.

Esto poco nos agrega a los hinchas aurinegros, más allá de alguna curiosidad como la ya mencionada, pero es un mentís para aquellos que se han creado un mundo de fantasía donde son más populares, tienen más títulos y se fundaron antes que nosotros. Un mundo en el que solo creen ellos, que nadie más reconoce y que es producto de su profundo complejo de inferioridad.

Seguramente ahora serán días donde abundarán argumentos pueriles para intentar tapar el sol con un dedo. Que las encuestas las paga Damiani o que existe una siniestra conspiración internacional para privarlos de sus legítimos derechos. Conspiración en la cual participan nada menos que el MEC, la AUF, la CSF, la FIFA, el FBI, la ONU, la ETA, UNESCO, ALADI, CSI (Miami), CAMBADU, ADEOM y la asociación de jubilados de despachantes de aduana del Uruguay.

El presente sigue demostrando lo que desde 1891 sabemos todos: Peñarol es el cuadro del pueblo, por más que a muchos les duela.

Desde la Ámsterdam sigue bajando el canto: “PEÑAROL ES ASÍ, EL ORGULLO DE TODO UN PAIS”.



miércoles, 25 de septiembre de 2013

Cuidado con la cultura del llanto.

Cuando el actual presidente de Nacional comenzó su campaña política para acceder a ese cargo, manejó como una de sus principales banderas el “luchar en todos los frentes” y “recuperar el peso político en la Auf”.

En estos días estamos siendo testigos de los primeros efectos de esta política. Política que va de la mano con el llanto permanente al que nos tienen acostumbrados los dirigentes, jugadores, técnicos y parciales del tradicional rival y que perfectamente podemos bautizar como la “cultura del llanto”.

Según esta cultura, ellos siempre son los perjudicados porque son los detentores de la razón absoluta e indiscutible. Nunca se equivocan y cuando no logran sus objetivos es porque los han perjudicado, nunca por mérito del rival.

Ahora su trabajo se comienza a ver en los fallos de los jueces y los tribunales. Darío Rodríguez fue expulsado luego de la sanción de un penal discutible por una doble amarilla que no merecía. El japo Rodríguez fue expulsado por una falta que perfectamente se arreglaba con un amarilla. En ambos casos, los jueces de turno, agregaron a la falta, agresión (en el caso de Darío) e injurias (en el caso del japo).  Ambos jugadores han sido sancionados por 3 partidos sin posibilidad de pedir la amnistía. 

Los jueces y tribunales comienzan a medir a Peñarol con una vara distinta a la del resto de los equipos.

Es hora de que nuestros dirigentes estén muy atentos a estos movimientos y defiendan los intereses del club como es debido. Peñarol no puede estar omiso y hacer el caldo gordo para aquellos que viven a nuestra sombra, buscando nuevas y mejores formas de perjudicarnos, simplemente porque el complejo de inferioridad del que adolecen no les permite aceptar que Peñarol tenga más campeonatos, más gente, más prestigio internacional y más años que ellos.

Cuidado que la cultura del llanto está en pleno apogeo.