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sábado, 20 de abril de 2013

Se hipotecó todo.

Un Peñarol completamente diferente para enfrentar a Racing, no solo por los cambios (7 en 11) tomando en cuenta la integración inicial ante El Tanque, sino porque el cambio de figura táctica, pasando a jugar con un enlace (Pacheco) y tres puntas netos.

La vuelta de Bologna al arco luego de la suspensión, Macaluso y Nuñez por los suspendidos Alejandro González y Olivera. Pero además los ingresos de Torres y Silva por los laterales, el pasaje de Aguirregaray al medio por Cristóforo. Pacheco de enlace y el regreso de Estoyanoff como titular, saliendo Gallegos y Zambrana.
Da Silva buscaba darle al equipo un mejor funcionamiento dada la pobrísima actuación ante El Tanque, pero ese mejor funcionamiento apenas si se vió durante el primer tiempo. Es cierto que Pacheco administró mejor la pelota y sus centros fueron la mejor opción de llevar peligro al arco cervecero, pero Peñarol adoleció, una vez más, de centrar todos sus ataques por derecha, con subidas de Silva en los primeros minutos y los intentos de desborde de Estoyanoff, después.

Perdió mucho el medio campo, producto del desorden táctico de Aguirregaray que dejó muy solo a Novick y no se mostró tampoco firme en defensa cuando Racing salió en contragolpe con velocidad.
La primera fue de Racing a los 5 con un remate del ex aurinegro Carlos Díaz afuera.

A los 10 un centro de Pacheco desde la derecha es cabeceado por Zalayeta y contiene bien el arquero Contreras.
En esos minutos dominaba Peñarol pero las más claras fueron de Racing en contragolpe. Así a los 28 una salida rápida, la pelota es jugada hacia la banda derecha, el toque atrás y el remate nuevamente de Díaz, colocado contra el palo derecho que se va apenas afuera.

Dos minutos después otro contragolpe llevado por derecha deja solo a Quiñonez debajo del arco y frente a Bologna, pero define mal y la manda afuera contra el palo izquierdo.
La más clara del carbonero en el primer tiempo se dio a los 34 con otro centro de Pacheco, esta vez desde la banda izquierda y Zalayeta consigue tocar de cachetada tomando a contrapié al arquero, pero con buenos reflejos consigue tocar con una mano y mandar al córner.

El primer tiempo se cerró con otro remate de Zalayeta desde la media luna, por encima del travesaño.
Otra vez Peñarol hace muy poco en un primer tiempo y dejaba grandes dudas para el complemento.

Sin embargo tuvo todo Peñarol para tranquilizarse y jugar a voluntad, porque a los 6 se puso en ventaja. Tiro libre desde el medio campo, pelota frontal que recibe Nuñez dentro del área de espaldas al arco, gira, remata cruzado y la pelota da en la base del palo derecho. El rebote lo toma Baltazar Silva y con el arco libre y el arquero en el suelo, convierte la apertura.
Y debió asegurarlo Peñarol. Porque a los 12, otro desborde de Silva por derecha, con toque a Estoyanoff y el centro de este lo toma Pacheco por el segundo palo y remata mal afuera.

A los 15, enorme cambio de frente de Pacheco para Estoyanoff que ingresa solo al área y define mal al cuerpo de arquero que la manda al córner.
Y cuando nada parecía presagiarlo, llegó la debacle mirasol. Pelota que pierde Valdez, el jugador de Racing se lleva el rebote y enfila directo al arco y el propio Valdez lo derriba de atrás siendo bien expulsado . De ese tiro libre, bien rematado por Quiñonez contra el palo derecho de un Bologna que lo regaló, vino el empate de Racing a los 22.

En ese momento pensé si no pasaría lo mismo que contra Danubio e infelizmente, no me equivoqué. A Peñarol lo mató ese empate, los nervios le ganaron y no fue capaz de generar una sola chance más de gol, hasta el final del partido. Para peor, en la jugada misma de la expulsión y antes del empate, Da Silva saca a Nuñez para poner a Aguirre.
Pero aún faltaba más porque a los 24 contragolpe de Racing con pelota que trae Díaz, toca a la punta para Acosta, que engancha para sacarse a su marcador y se la devuelve y el remate de Díaz se mete abajo contra el palo derecho. 2 a 1 Racing y se acabó el partido.

Se acabó porque Peñarol no generó nada que hiciera pensar siquiera en el empate en los siguientes 20 minutos. Porque se dejó ganar por los nervios igual que contra Danubio. Porque no mostró el temple y la fibra que es necesaria en los representativos de nuestro club.
Se perdieron más que tres puntos, se perdió la tabla del Clausura, se hipotecó la ventaja en la anual, se perdió al mejor zaguero de todo el campeonato para el partido con Defensor.

Ahora hay que jugar contra el violeta y el tradicional adversario y habrá que demostrar para qué está este equipo y también cual será el destino de este técnico. Habrá que ver también que responsabilidad le cabe a esta mediocre directiva que le dio la espalda a la historia de Peñarol y estaba desesperada por quedar fuera de la Copa para dedicarse a este miserable campeonato que se acaba de hipotecar.

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